Una mujer que sufrió un ataque cardíaco grave ha narrado cómo fue la experiencia que vivió tras presuntamente “regresar de la muerte”.
Anne W, como se le conoce, escribió su relato en el blog la Fundación de Investigación de Experiencias Cercanas a la Muerte (Nderf, por sus siglas en inglés).
La mujer comenzó contando que se sintió mal mientras estaba en un torneo de póquer con su pareja.
“Le mencioné a mi novio, algo estaba pasando, no me sentía bien, estaba sudando, experimentaba una gran sensación de ansiedad, temblaba. No son los nervios, simplemente no me siento bien”, recordó.
Anne W. dijo que después se quedó dormida y empezó a experimentar un sueño que le pareció muy real.
“Fue Jesús entregado en la cruz. Los romanos le cruzaron los tobillos y le clavaron una estaca romana en ambos tobillos en la cruz. El dolor insoportable que sentí por él, sentí todo su dolor y sufrimiento”, afirmó.
Añadió que se despertó “sollozando, triste, afligida por el hecho de que otro humano pudiera hacerle esto a otro. Estaba muy sorprendida y confundida por la viveza de este sueño”.
Poco después, su pareja se fue a laborar y una amiga estuvo con ella. Fue en ese momento cuando sufrió un aparente ataque al corazón.
“Comenzó con dolores en el pecho, me sostuve el pecho durante un rato mientras nos sentábamos y hablábamos; sentí como si mi corazón se hubiera oprimido. Comencé a hiperventilar y mi corazón se sentía como si me saliera del pecho. De repente me sentí débil y frío, dije que tenía que acostarme en el suelo”, indicó.
En ese instante inició su sorprendente experiencia en la que se encontró “totalmente en paz al dejar esta Tierra. Sentía el dolor dentro y fuera mientras olas de felicidad y paz me inundaban; todo parecía estar sucediendo simultáneamente”.
“Era plenamente consciente de que parecía estar en dos lugares a la vez, lo cual me resultaba curioso, estaba fuera de mi cuerpo; ¡todavía dentro! Estaba en todas partes, podía ver el interior y el exterior de mi casa paralizado en el suelo. Yo era el universo en expresión, y el universo estaba dentro de mí, se me mostró esto, lo supe íntimamente”, explicó.
Anne W. aseguró que cuando su amiga buscaba un teléfono para llamar al 911, por alguna razón se percató que algo estaba pasando.
Señaló que en ese momento se dio cuenta de que se estaba oponiendo a lo que le ocurría y que si seguía resistiéndose al aparente ataque al corazón no podría levantarse del suelo.
“Había una entrega muy profunda dentro de mí y dije a mi amiga: ‘No tengo miedo de morir, déjame ir’”, mencionó.
Sostuvo que en ese punto estaba viendo recuerdos de su vida, “comienza un sentimiento y tengo dudas: ¿He hecho todo lo que quería hacer en esta vida? Tuve visiones de mi hijo y de cómo respondería a mi muerte, ya que estaba solo y acababa de tener su propio hijo”.
“Me sentí en PAZ al dejarlos. Me sentí totalmente en paz al dejar esta tierra”, indicó.
Agregó que luego todo se tornó oscuro y “totalmente silencioso”.
“Lo siguiente parecía ser una revisión de la vida; mientras mi vida en recuerdos pasaba ante mis ojos. Comencé el viaje, me mostraron patrones de energía. Cuando era más joven, se me presentó la sombra de una persona que había lastimado. La energía me mostró algo que le hice a alguien cuando era joven. No había rostro de la persona, era esencia, energía o sombra. Esa es la mejor forma de describirlo”, dijo.
Continuó: “Yo lastimé a ese alguien, se sintieron y recibí la energía de regreso a mí como dolor y sufrimiento; era una energía circular que devolvía automáticamente lo que se le había dado”.
Precisó que esa “energía circulaba de un lado a otro, como si tuviera inteligencia y me ‘mostrara’ lo que era verdad. Solo estábamos intercambiando esta energía entre nosotros y si queríamos que la energía cambiara, uno de nosotros tenía que ser consciente para cambiar la energía”.
“Yo era el receptor y el dador. Me quedó muy claro. La energía me mostró que no había diferencia, solo lo estábamos proyectando todo; proyectando la energía de un lado a otro. Todos somos transmisores y receptores de esta energía: DAR y RECIBIR era la misma energía. No hubo separación o diferencia en esta energía”, prosiguió.
Señaló que en ese momento se percató que ambos eran “uno”, “que el significado de DAR y TÚ RECIBIRÁS estaba en esta energía que intercambiamos entre nosotros, ya sea amor o dolor; que cualquier cosa que di a otro, realmente me lo estaba dando a mí mismo”.
Explicó que más tarde se dio cuenta de que cuando los corazones se encuentran “bloqueados”, las personas no pueden dar ni recibir amor.
“Somos uno, no hay diferencia entre dar y recibir, es un flujo de energía cuando no se restringe. Una vez que comencé a comprenderlo profundamente en mi interior, la energía se trasladaría a una nueva ‘lección’ de ‘sabiduría’. Esta energía se arremolinaba dentro y me estaba mostrando más patrones”, detalló.
La mujer dijo que en medio de la “negrura” que la rodeaba, pudo comprender que “el presente puro e intenso”. “Ese es el PUNTO FOCAL DE CONCIENCIA donde todo estaba sucediendo ahora. Yo era (o soy) esta conciencia del “ahora”. Este punto focal de conciencia era ‘yo’”, indicó.
“Todo estaba sucediendo ‘simultáneamente’ en este punto focal del ‘ahora’. Me di cuenta de que lo que llamamos milagros son solo manifestaciones dentro de este lugar de conciencia ‘más allá’ de la mente condicionada”, siguió narrando.
Anne W. aseveró que cuando logró entender lo que le estaba sucediendo se hizo una pregunta: “¿Dios?”
“Se me mostró a través de la energía que yo era UNO con todo lo que es, todo lo que era y todo lo que será. Todo lo que existió estaba dentro de mí. Se me mostró esto y experimenté esto dentro de cada fibra de mi Ser. TODO ESTABA CONECTADO. YO ERA TODO, EN TODAS PARTES; omnipresente, omnisciente! Se me mostró que todos somos una energía conectada internamente y expresada externamente en nuestro entorno para reflejar esta unidad. A medida que los mensajes se descargaban dentro de mí, lo ‘entendía’ y una sabiduría más profunda continuaría desarrollándose. Entonces me di cuenta de que nuestra separación al nacer es la condición humana y desarrollamos una mente humana, donde perdemos nuestra ‘conciencia’ de la Verdad, nuestra unidad y amor incondicional que realmente somos; el único punto focal de la ‘conciencia’ en el que todo simplemente pasa”, concluyó su relato.
Redacción Maduradas con información de Express.
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