El nuevo modus operandi para estafar a los venezolanos que, desesperados, recurren a vender sus piezas de oro y plata llegó a los Altos Mirandinos y Caracas.
Foto: Mil Anuncios
Aparentemente, los malhechores esperan a las afueras de las tiendas de empeño de oro y esperan a que algún ciudadano salga de una de estas luego de preguntar el precio del gramo de oro. Luego, algún supuesto vendedor le ofrece una cantidad bastante superior a las afueras de la tienda.
Al ver la diferencia tan abismal entre los precios, el ciudadano cae y se dirige a alguna oficina o apartamento clandestino en la que le piden hacer una «prueba» que consiste en fundir el producto de oro.
Sin embargo, cuando la prueba es hecha, el producto supuestamente queda fundido y se le indica a quien deseaba venderlo que no era oro.
Si la persona se resiste, es despachada por un grupo de hombres a la calle.
Ese fue el caso de una joven comunicadora social de nombre Zued Rodríguez, que cayó en el engaño.
«Venía de verificar el precio de un reloj de oro italiano que data de la segunda guerra mundial y me dijeron que estaban pagando el gramo en 70 millones de bolívares y a unos pocos metros, tras salir del negocio al cual ya he vendido en ocasiones anteriores, me interceptó una muchacha diciendo que estaban pagando 200 millones por gramo«, relató Rodríguez a La Patilla.
La muchacha detalló que, cuando quiso hacer la denuncia, el policía que la atendió le indicó que ella había entrado «voluntariamente» a un apartamento en el que podía pasar cualquier cosa y que, al denunciar, tendría que enfrentarse la palabra de los implicados, que eran más.
«Prácticamente me hizo desistir de poner la denuncia de lo que se ha convertido en una nueva manera de timar a las personas que como yo buscaban una solución», lamentó.
Redacción Maduradas con información de La Patilla
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