Casi un 30% de los datos de secuencia del genoma de muestras del virus COVID-19 recogidas por la Organización Mundial de la Salud mostró señales de mutación, pero no hay pruebas de que esto haya conducido a una enfermedad más grave, dijo una autoridad de la OMS el viernes.
“Creo que está bastante extendido”, dijo Soumya Swaminathan, científica jefe de la OMS, a Reuters en los márgenes de un encuentro con la Asociación de Corresponsales Acreditados ante Naciones Unidas (ACANU, por sus siglas en francés) en Ginebra.
La agencia de la ONU ha recogido hasta la fecha 60.000 muestras de la enfermedad, indicó.
Científicos de Scripps Research hallaron este mes que, para abril, el virus mutado era responsable de cerca del 65% de los casos remitidos desde todo el mundo a una gran base de datos.
La mutación genética del coronavirus, designada D614G, aumenta de forma significativa su capacidad de infectar células y podría explicar por qué los brotes en el norte de Italia y Nueva York fueron mayores a los vistos antes en la pandemia, indicó el estudio.
Maria Van Kerkhove, líder técnica para la pandemia del COVID-19 en la OMS, dijo en el encuentro del viernes que la cepa mutada fue identificada en febrero y estuvo circulando por Europa y América.
“Hasta ahora no hay pruebas de que provoque una enfermedad más grave”, afirmó.
Redacción Maduradas con información de AFP
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