«Luciéndose» con su peor vocabulario y una pretendida soberbia que raya en la ridiculez, este jueves el presidente Nicolás Maduro volvió a soltar en cadena nacional, y en horario supervisado, tremenda grosería. Un hecho bochornoso y doblemente imperdonable: primero, por ser un mandatario, y segundo, por faltarles el respeto a los ciudadanos.
Refiriéndose al asalto a la Asamblea Nacional, perpetrado ayer por una horda que simpatiza con su gobierno, Maduro culpó a la oposición de los hechos violentos —como es costumbre— y arremetió verbalmente contra los parlamentarios de oposición, que, como es bien sabido, resultaron agredidos (algunos de ellos con lesiones importantes).
«Estos tipos (los diputados) escoñetaron la Asamblea Nacional«, dijo cínicamente Maduro, aludiendo a la llegada de la oposición al Parlamento luego de ganar los comicios legislativos de 2015.
Lo peor es que repitió la palabrota tres veces. Sí, tres veces, con la risa cómplice de los presentes a un acto oficialista en Guayana.
¿Y entonces, Conatel? ¿Algo que decir al respecto? ¿Cuál es la sanción para un presidente boca sucia?
Redacción Maduradas
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