Michael Chiron relató en su libro “Fui poseído” cómo una cohorte de demonios se “apoderó” de él durante nueve meses gracias a sesiones espiritistas en las que participó.
En este sentido, el hombre confesó al Registro Católico Nacional (NCR por sus siglas en inglés) que tras algunas decepciones amorosas decidió acudir a prácticas espiritistas para conocer qué sucedería en su futuro.
Asimismo, contó que un día estaba con un juego de Scrabble y un péndulo para “comunicarse con el más allá” cuando las letras formaron la frase: “Ya no necesitamos más el péndulo. Hablaremos directamente contigo, desde adentro tuyo”.
Tras esto, comenzó a escuchar voces “estrictas” que le decían que eran enviados “del rey”, que pertenecían al “primer reino” y que había sido elegido para ser “transformado”
“Dijeron que había sido elegido para eso y que tales aptitudes estaban destinadas a ayudarme a atraer a más personas a su rey”, escribió.
Además, sostuvo que estos demonios le proporcionaron “actitudes sobrenaturales”, pero que lo atormentaban y le causaban grandes dolores físicos que consideraban como “pruebas” para su transformación.
“Un día, me dijeron que pusiera mis dedos en mis huesos faciales, y de repente, mis huesos se volvieron suaves, especialmente mi barbilla. Fue increíblemente aterrador. A la mañana siguiente, todo volvió a la normalidad”, expresó.
De igual forma, recalcó que le pedían que olvidara a los santos y que le tenían especial temor a la Virgen María a quien se referían como “La mujer”. Agregó que no poseyeron su alma porque fue protegido por ella y por su madre, quien había fallecido hace años.
Por otra parte, acotó que los entes de afirmaron que Dios existía y que esto lo llevó a contactar al exorcista Loir-et-Cher para que expulsara a los demonios de su cuerpo.
“Los demonios tomaron el poder sobre mí, pero la situación cambió, y finalmente tomé el poder sobre ellos”, declaró.
Por último, aseguró que vive en total oración y fe hacia Dios y que terminó de sacar los demonios de su cuerpo cuando visitó a la virgen de Lourdes.
“Sentí profundamente que María, mi Madre en el cielo, me estaba dando la bienvenida con los brazos abiertos”, concluyó.
Redacción Maduradas con información del Registro Católico Nacional.