Stefan Tetenbaum, fue asistente personal del fundador de la revista Playboy, Hugh Hefner, y, luego de la muerte del multimillonario, reveló cómo eran las famosas fiestas que organizaba y cómo se aseguraba la discreción de quienes allí asistían.
Créditos: thehollywoodgossip.com
Stefan decidió hablar públicamente sobre las infames «Noches Puercas» que organizaba el empresario, en las que participaban prostitutas de alto nivel y los hombres más exitosos de la época, reseñó Infobae.
Era precisamente la legendaria Mansión la que era vista por muchos poderosos como un refugio para poder dejar volar su imaginación y cumplir sus fantasías más salvajes. Allí, aparentemente, no deberían preocuparse por los paparazzi o los detectives privados que pudieran ser contratados por sus esposas.
Según develó el hombre, Hefner le demandaba tener siempre a su disposición su bebida cola Pepsi a la temperatura perfecta, además de tener que limpiar sus juguetes sexuales luego de ser usados.
En entrevista con el periódico The New York Post, reveló que en la mayoría de las oportunidades Hefner solo se limitaba a ver lo que sucedía a su alrededor y casi nunca tenía sexo con las esculturales mujeres que pasaban cada noche por su mansión.
Según cuenta, mientras verdaderas orgías se llevaban adelante, Hefner disfrutaba de fumar marihuana y saborear sus dulces de regaliz, mientras que sus amigos eran entretenidos con fastuosas cenas junto con las damas de compañía más buscadas de la época.
Tetenbaum comentó que una de sus funciones más siniestras era escoltar a las mujeres fuera de las habitaciones, asegurando que en muchos casos no podían caminar por su cuenta debido a la intensidad de los actos sexuales que protagonizaban.
Añadió que en muchos casos estas recibían bonos de parte de Hefner, en compensación por sus participaciones.
Además, luego de terminado el encuentro, su asistente personal debía coordinar con las empleadas domésticas la limpieza de los diferentes juguetes sexuales.
Asimismo, dijo que Hefner filmaba todos los encuentros por medio de dos cámaras sobre su cama, imágenes que podían ser transmitidas directamente a dos enormes pantallas al otro lado de la habitación.
«Comenzó siendo un innovador, un hombre liberal a favor del aborto, los derechos gays y la marihuana. Cuando se mudó de Chicago a Holmby Hills se convirtió en otro sucio viejo rico», confesó.
Información de Infobae
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