Jaime Osuna, de 31 años y quien se autodenomina como un «satanista», decapitó a su compañero de celda Luis Romero de 31 años la mañana del 9 de marzo de 2019 en la prisión estatal de Corcoran, a 220 millas al sur de Sacramento, California.
Bakersfield Californian/ Los Angeles Times
Cuando los guardias de seguridad de la prisión se dirigieron a hacer su ronda habitual se encontraron con una escena macabra.
Osuna usó un objeto cortante para desfigurar el rostro de su víctima, le extrajo un ojo, le cercenó uno de los dedos y removió parte de las costillas y el hígado.
Como si lo anterior no fuera suficiente, el autodenominado satanista le cortó la cabeza a su víctima y se la colgó en el cuello, como si tratara de un collar, de acuerdo con el reporte de Telemundo.
“Creemos que la víctima estuvo consciente durante al menos una parte del tiempo”, aseguró Phil Esbenshade, el fiscal de distrito del condado de Kings, donde se encuentra el penal.
Aunque el hecho ocurrió hace dos años, es noticia en la actualidad debido a que la familia de la víctima ha introducido una demanda en contra del Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR, por sus siglas en inglés) por colocar a Romero en la misma celda con Osuna, quien ya contaba con un historial previo de ataques a otros reos.
Además, una investigación efectuada por la Oficina del Inspector General reveló que los dos guardias a cargo de hacer las rondas durante aquella madrugada mintieron al asegurar que habían visto con vida a Romero.
Osuna cumplía una sentencia de cadena perpetua, con posibilidad de libertad condicional, por el asesinato de Yvette Peña, de 37 años, ocurrido en 2011, a quien también torturó, de acuerdo con la demanda.
Por su parte Romero, que ya tenía 27 años en la cárcel por una condena de homicidio contra una mujer cuando era adolescente, estaba a punto de ser elegible para obtener libertad condicional.