Este martes 24 de mayo se registró un tiroteo en la escuela de primaria Robb Elementary de Uvalde (Texas), que dejó como saldo a 19 niños y dos adultos muertos.
El gobernador de Texas, Greg Abbott, precisó tras el tiroteo que el sospechoso era un estudiante de tan solo 18 años de edad, de la escuela secundaria Uvalde, y un ciudadano estadounidense. El hombre también murió.
Según las autoridades, el agresor, identificado como Salvador Ramos, irrumpió con un arma de mano, y posiblemente con un rifle, sobre las 11.37 hora local (18.37 hora CET) en el colegio de Uvalde, ubicado a unos 133 kilómetros de San Antonio.
Abbott, dijo, en una comparecencia ante los medios, que hay informaciones de que el presunto autor habría disparado contra su abuela antes de ir al colegio.
«Como nación nos tenemos que preguntar cuándo en el nombre de Dios vamos a enfrentarnos a los grupos de presión a favor de las armas», lamentó Joe Biden, presidente de los Estados Unidos, visiblemente afectado.
El historial de matanzas contra la población civil en EEUU, en los últimos años, vivió un nuevo capítulo. Sin embargo, apenas hace una semana, un joven supremacista blanco disparaba a sangre fría contra los clientes de un supermercado en Búfalo (Nueva York), en una espiral de violencia que se remonta hasta la masacre escolar de Sandy Hook en 2012, la más dañina por las 26 víctimas del adolescente Adam Lanza.
PERFIL PSICOLÓGICO DEL TIRADOR
El autor de la masacre, como ya se ha apuntado, era un joven solitario, pero en las últimas horas se ha podido saber que sufría bullying por un impedimento del habla en su infancia, tenía una vida familiar tensa y arremetía violentamente contra compañeros y extraños recientemente y a lo largo de los años, dijeron amigos y familiares.
Stephen García, que se consideraba el mejor amigo de Ramos en octavo grado, dijo que Ramos no lo tenía fácil en la escuela. «Le acosaban mucho, como acosado por mucha gente», dijo García. «Por las redes sociales, por los juegos, por todo», agregó.
“Era el chico más simpático, el más tímido. Solo necesitaba salir de su caparazón”, añadió.
De acuerdo a testimonios obtenidos por el diario estadounidense The Washintong Post, Santos Valdez, uno de los amigos del homicida desde los primeros años en la escuela, precisó que Ramos fue intimidado por otros estudiantes y, a veces, también comenzó él las peleas. “Lo intimidaron peor en la escuela secundaria”, acotó.
Contó que Solían jugar videojuegos como «Fortnite» y «Call of Duty». Pero, resaltó, que luego Ramos cambió su conducta y se volvió sombrío.
Agregó, que una vez, Ramos se detuvo en un parque donde a menudo jugaban baloncesto con cortes en toda la cara. Primero dijo que un gato le había arañado el rostro. «Luego me dijo la verdad, que se cortaba la cara con cuchillos una y otra vez», dijo Valdez.
«Yo estaba como, ‘Estás loco, hermano. ¿Por qué harías eso?’», añadió. Su repuesta fue breve, pero reveladora: lo hizo por diversión, recordó Valdez.
Redacción Maduradas con información de Infobae y The Washintong Post
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