El jueves 22 de junio, tras varios días de intensa búsqueda, la Guardia Costera de Estados Unidos y la compañía OceanGate confirmaron la implosión del submarino Titán en el que viajaban cinco personas. Aunque aún no está claro cuál fue el motivo de la catástrofe, expertos señalaron los errores que se cometieron antes de la expedición y que pudieron ser evitados.
Son muchas las preguntas que se hacen entre ex empleados de la empresa y expertos en inmersión profunda, sobre por qué las preocupaciones de seguridad en el diseño y la operación del sumergible parecen haber sido ignoradas.
Entre las señales de alerta sobre la seguridad del Titán que eran evidentes para los expertos antes de la peligrosa expedición, destacan las siguientes:
1. Uso de materiales poco convencionales
De acuerdo con lo explicado por el portal de noticias Insider, el Titán estaba formado por dos cúpulas de titanio unidas por un cilindro de fibra de carbono de cinco pulgadas de espesor.
Esta sería una elección poco convencional para la construcción de un submarino de aguas profundas, donde lo común sería utilizar materiales más fuertes como el acero o titanio. En cuanto al uso de fibra de carbono, la ventaja es que se trata de un material más ligero y económico.
Según el director de cine y experto en inmersión profunda, James Cameron, la desventaja de la fibra de carbono es que «no tiene fuerza en la compresión». Los riesgos de seguridad también fueron advertidos por el exempleado de OceanGate, David Lochridge, quien le manifestó a la compañía su preocupación por los «ciclos de presión».
Lochridge apuntó que las fallas invisibles en el casco podrían provocar desgarros más grandes después de someterse a repetidos cambios de presión.
El director ejecutivo de OceanGate, Stockton Rush, quien falleció en la más reciente expedición del Titán, dijo en una entrevista hace dos años que sabía que había «roto algunas reglas». “Creo que las he roto con lógica y buena ingeniería detrás de mí. ¿Fibra de carbono y titanio? Hay una regla que no haces eso”, dijo en 2021 durante una entrevista con el youtuber mexicano Ala Estrada.
En una declaración oficial en 2018, OceanGate confirmó que había completado una inmersión de 4.000 metros que «valida completamente la ingeniería innovadora de OceanGate y la construcción del casco de titanio y fibra de carbono del Titán».
2. Se ignoraron preocupaciones acerca del sistema de alerta temprana
Con la fabricación del Titán, OceanGate promocionó su desarrollo de un sistema avanzado de monitoreo acústico, con el objetivo de detectar a tiempo posibles fallas en el casco para tomar medidas al respecto.
Pero en un análisis hecho en 2018, Lochridge detectó que el sistema era «inútil» porque solo proporcionaría «milisegundos» de advertencia antes de una implosión catastrófica, lo que imposibilitaría una reacción efectiva.
Para entonces, OceanGate respondió que el casco del Titán era demasiado grueso para escanear en busca de puntos débiles y problemas de adherencia. Se desconce si durante el tiempo transcurrido entre el análisis de Lochridge y la última exploración se realizaron las pruebas recomendadas.
3. Rechazo a certificar el submarino
Un periodista que abordó el Titán en 2022, dijo que había firmado una renuncia que decía: «Este buque experimental no ha sido aprobado ni certificado por ningún organismo regulador».
Por su parte, la Sociedad de Tecnología Marina expresó en una carta emitida en 2018 que OceanGate, en su sitio web, decía que el diseño de la embarcación cumpliría o superaría una certificación llamada DNV-GL, una certificación industrial estándar de oro de la fundación noruega Det Norske Verita.
Pero según la misiva de la sociedad, la información suministrada por la empresa podría ser «engañosa para el público e infringir un código de conducta profesional de toda la industria que todos nos esforzamos por defender».
“Su plan de no seguir las pautas de clasificación se consideró muy arriesgado”, dijo Will Kohnen, presidente del comité de vehículos submarinos tripulados de la Sociedad de Tecnología Marina.
En 2019, a través de su blog OceanGate defendió su decisión de no clasificar la embarcación, argumentando que la mayoría de las catástrofes ocurridas en entornos marítimos y de aviación se deben a «errores del operador, no fallas mecánicas».
“Como resultado, simplemente centrarse en clasificar el buque no aborda los riesgos operativos”, agregaron.
4. Incidentes anteriores de seguridad
No se trata de la primera vez que OceanGate se enfrenta a incidentes con sus sumergibles. Según documentos judiciales revisados por The New York Times, en un viaje realizado en 2021 hubo problemas con la batería del Titán que provocaron que el submarino fuera sujetado manualmente a su plataforma elevadora.
David Pogue, el periodista que subió al Titán en 2022, también reseñó un accidente ocurrido al sumergible para ese entonces. Aseguró que el submarino se perdió durante varias horas mientras él estaba en la nave nodriza.
“Todavía podían enviar mensajes de texto cortos al submarino, pero no sabían dónde estaba. Estaba tranquilo y muy tenso, y apagaron el internet del barco para evitar que tuiteáramos», dijo Pogue.
Al ser contactado por Insider para consultarle sobre ese episodio, Pogue dijo que OceanGate anunció a los pasajeros que el WiFi había sido apagado para liberar ancho de banda en caso de que la situación se convirtiera en una emergencia.
Asimismo, Pogue señaló que Titán no contaba con un transmisor de ubicación de emergencia (ELT), que permitiera enviarle señales a los rescatistas para poder ser encontrados.
In a 2018 lawsuit, David Lochridge alleged that he was sacked after pointing out to the company that the submersible had not been built or tested to suitable safety standards, potentially putting passengers “milliseconds from implosion.” https://t.co/nsycxh61NT pic.twitter.com/mkUxhu2COu
— FORTUNE (@FortuneMagazine) June 24, 2023
Redacción Maduradas con información de Insider