La madre de Morella, la mujer secuestrada durante 31 años por Mathías Salazar Moure (a) “el Gordo Mathías”, jamás quiso vender su casa, y cuando murió, hace ocho años, se la dejó a sus sobrinos, Alexandra y Oscar Hernández.
Los sobrinos no conocieron antes a Morella porque cuando nacieron ya ella había sido secuestrada por el Gordo Mathías, pero su madre siempre sospechó que seguía viva.
“Mi abuela nunca quiso cambiar la casa, nunca quiso cambiar el teléfono: siempre decía, esos son la casa y el teléfono que ella conoce, son los que ella recuerda, cuando aparezca vendrá aquí”, señala Alexandra, de 28 años.
Explicó que Morella quiere estudiar repostería o psicología y recuperar el tiempo que perdió sometida por su secuestrador.
Por razones obvias, ni Alexandra ni Oscar quieren mostrar sus rostros a la cámara. Pero se encuentran tranquilos, dado que Mathías permanece recluido en una comisaría policial de Maracay; “el Ministerio Público está haciendo su trabajo y esperamos que ese hombre pague su condena”, ha señalado la sobrina de Morella.
Redacción Maduradas con información de Caraota Digital.
Lea también:
¡SE LO MOSTRAMOS! Wuhan, reducida a una ciudad fantasma tras la cuarentena por el coronavirus (+Fotos)