Decenas de personalidades mundiales pidieron hoy públicamente que quede garantizado que no se repetirá una experiencia como la del acaparamiento de vacunas que hubo durante la pandemia de covid y quede legalmente establecido que los intereses económicos privados no pueden estar por encima de los de la sociedad.
En un llamamiento que han emitido coincidiendo con los tres años desde que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconociera que el mundo afrontaba su primera pandemia en cien años, los líderes piden a los gobiernos que quede establecido en un futuro tratado internacional sobre pandemias que los derechos de patentes quedan suspendidos si una situación similar se repite.
Ello permitiría dirigir en prioridad los suministros médicos -sean test de diagnósticos, medicamentos, vacunas u otros- a donde más se necesiten y no solamente hacia donde hay recursos para comprarlos.
Un tratado internacional sobre pandemias está en plena negociación por parte de los Estados miembros de la OMS con la intención de que sea aprobado en mayo de 2024.
Sin embargo, las consultas entre gobiernos son difíciles y por ahora no se encuentra la forma de conciliar las posiciones de los países que defienden por encima de todo los derechos de propiedad intelectual (a través de las patentes) y aquellos que reclaman un enfoque menos discriminatorio y más centrado en el ser humano.
«Nunca más la vida de las personas en los países ricos debe ser priorizada sobre la vida de las personas del Sur Global (mundo en desarrollo). Nunca más la ciencia desarrollada con dinero público debe quedar bloqueada detrás de monopolios privados», señala la misiva.
La suscriben expresidentes, exprimeros ministros, premios Nobel, académicos, diplomáticos, líderes religiosos y exjefes de organismos internacionales.
La carta y la participación de todas las personalidades firmantes fue coordinada por People’s Vaccine Alliance, una coalición de oenegés que trabaja en favor de la equidad en el acceso a las vacunas y otros insumos médicos.
Los firmantes de la carta abierta recuerdan que en el momento más agudo de la pandemia y cuando las vacunas empezaban a estar disponibles, en lugar de distribuirlas en función de la necesidad «las farmacéuticas las vendieron a los países ricos«, a pesar de que se habían comprometido públicamente a no buscar beneficios mientras la emergencia sanitaria continuara.
Ello a pesar de que varios gobiernos, en particular en Europa y Norteamérica, financiaron con grandes sumas la investigación de las vacunas por parte de los laboratorios privados.
La desigualdad en la distribución de las vacunas impidió que se evitarán 1,3 millones de muertes (o una cada 24 segundos) en el primer año de la pandemia.
La covid fue la causa directa de cerca de 7 millones de decesos, según un estudio científico publicado en 2022 en la revista Nature.
Asimismo, en la carta se pide que los gobiernos acepten levantar las barreras de propiedad intelectual en el ámbito de la salud pública en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC), donde el pasado junio los países alcanzaron un acuerdo de mínimos que dejó descontentos a los representantes de la sociedad civil.
Ese acuerdo permitió únicamente levantar las restricciones a las exportaciones de vacunas anticovid producidas por un país como genéricos saltándose las patentes, pero excluyó los test y los medicamentos (una reivindicación de los países de escasos recursos)
En el caso de estos dos últimos tipos de productos se plantearon seis meses de plazo para decidir, pero éste expiró el pasado diciembre y fue extendido sin fecha definida.
EFE
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