Una familia venezolana, que había huido a Nueva York tras vivir en Colombia y Chile, está expectante después de perder recientemente su estatus de asilo, a pesar de haberlo obtenido previamente en octubre.
Foto: José A. Alvarado Jr. para The New York Times
La concesión de refugio que habían celebrado se revirtió sorpresivamente, dejándolos en una situación precaria y dudosa. Su experiencia refleja la de muchos otros inmigrantes en situaciones similares.
Dyluis Rojas, Grisy Oropeza y sus cuatro hijos se alegraron al enterarse de que su solicitud de asilo fue aprobada por los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos, según informó NBC New York.
«No nos salían las palabras. Estábamos ahí en shock», dijo Rojas a New York Times después de recibir la noticia de que se les había aprobado el asilo hace poco.
Meses después de conocer la noticia, la situación de los venezolanos ha cambiado drásticamente. Una entrevista con The New York Times reveló un hecho inquietante: poco después de recibir su carta de aprobación, Rojas recibió una segunda carta, fechada el mismo día y firmada por el mismo funcionario.
Esta correspondencia afirmaba que las razones que Rojas había dado para solicitar asilo se consideraban «no creíbles» y, en consecuencia, su solicitud fue denegada.
Oropeza expresó su desilusión al sentir que sus sueños le fueron arrebatados repentinamente. Después de superar numerosos obstáculos para alcanzar sus metas, enfrentarse a la incertidumbre del destino se sentía deprimente, como si continuara atrapado en un viaje sin fin. Seguía luchando, pero sin claridad sobre lo que el futuro podría depararle.
Con información de New York Times y NBC New York
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