Los métodos de tortura que usa el régimen de Nicolás Maduro en la represión sistemática de la disidencia se han recrudecido en los últimos dos años debido a la injerencia de Cuba en Venezuela.

AFP/Federico Parra
El régimen de Maduro ha incorporado “innovaciones” que incrementan el sufrimiento de las víctimas. Así refleja el último informe anual del Instituto Casla, que la directora de la organización, Tamara Sujú, y la exerudiputada Beatriz Becerra, presentaron este 17 de enero en Madrid, España.
El documento denuncia que la perforación de uñas en pies y manos para introducir los cables de las descargar eléctrica, el empleo consecuente de bolsas plásticas para asfixiar a los torturados, la suspensión con grúas sin tocar el suelo durante los interrogatorios, las lesiones en los genitales al practicar violencia sexual o la intoxicación son sustancias psicotrópicas desconocidas son algunos de los ejemplos de la crueldad que ha penetrado la existencia de los denominados “isleños” en el aparato represor venezolano.
“El régimen se ha vuelto más sanguinario y usa la tortura como castigo ejemplarizante”, afirma Sujú.
Señala que desde 2017 se han registrado “las torturas más terribles, porque la intención ahora es llevarlas al punto de pedir a sus familias que no denuncien, que no digan nada, porque cualquier cosa que dicen significa quitarles las visitas y los abogados durante meses”.
El texto destaca que entre los nuevos métodos utilizados desde hace dos años también destaca las “esposas y ataduras por largos periodos de tiempo, fuertemente ajustadas para causar heridas a propósito en las muñecas e incluso parálisis en los dedos”.
Redacción Maduradas con información de ABC.
También puede leer:
¡SEPA! Confirman la excarcelación del periodista Víctor Ugas: No puede dar declaraciones