Una trabajadora sexual de Caracas, de nombre Luisa, reveló que roba a sus clientes cuando no tienen dinero para pagar sus servicios.
En declaraciones al medio argentino Infobae, la prostituta reveló: «Cuando el cliente no tiene con qué pagar, yo lo robo. No acepto comida».
A diferencia de Luisa, hay otras de estas mujeres que sí aceptan comida como método de pago, específicamente, las cajas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP).
Segrimar, una joven de 19 años, es de las trabajadoras sexuales que indican aceptar comida en lugar de dinero, para ofrecer sus servicios.
Redacción Maduradas con información de Infobae
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