La historia de la familia Puerta Paolini es solo una de las muchas que se conocen sobre venezolanos que huyen del país por las dificultades que tienen que atravesar a nivel económico, social, político e incluso de salud.
El Independiente
Esta joven familia tuvo que ir de su país buscando alternativas para salvar a su pequeño hijo Marcello Josué quien fue diagnosticado con múltiples cardiopatías congénitas que lo acercaban, con cada día que pasaba, a la posibilidad de morir tempranamente.
Los padres de Marcello son Juan Carlos Puerta, de 32 años de edad, y Mónica Paolini, de 30. Todos residen, desde el pasado 5 de febrero, en España. Allí fue que, finalmente, pudieron intervenir, de emergencia, al pequeño.
Mónica comenta que, en Venezuela, someter a su hijo a una cirugía era “imposible”, ya que, a su juicio, en el país se ha perdido la humanidad. Al parecer, recurrieron a todas las instancias posibles para salvar a su pequeño y en ninguna les abrieron las puertas.
«En el Hospital Militar de Caracas, nos dijeron que no podía ser operado porque teníamos que ser partícipes del Gobierno actual y nosotros no lo somos. ‘Para poder ser atendido aquí tienes que tener el carnet de la patria’, nos comentaron. Teníamos que entrar en una lista de espera de 6.000 niños. Muchos esperan hasta dos años y mueren», explican los padres al medio El Independiente.
Sin embargo, cuando comenzaron a sucumbir a la desesperación, los padres decidieron buscar apoyo en instancias internacionales, las cuales les costearon desde sus pasaportes, hasta los medios para salir de Venezuela. Las mayores trabas, aseguran, las vivieron estando en territorio venezolano, por los altos costos de la vida, los bajos salarios que devengaban y la corrupción que ha llegado a todas las instancias del país.
«En Venezuela, los niños esperan a ser atendidos hasta dos años y mueren. Ayer mismo fallecieron tres pequeños por falta de diálisis (…). Allí (en Venezuela), los radicales, los partidarios del gobierno dicen que lamentablemente los niños venezolanos con enfermedades terminales -mi hijo no tiene ninguna enfermedad terminal- tenían que dar la vida por la Revolución para ser pequeños héroes de la patria», alertó el padre de Marcello.
Redacción Maduradas con información de El Independiente
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