La masoterapeuta Yanín Pernía, de 25 años de edad, quien es una de las 38 personas imputadas por presunto intento de magnicidio contra Nicolás Maduro durante una actividad militar el 4 de agosto de 2018, afirmó que “no se arrepiente de lo que hizo sino de haber fallado”.
La joven que se encuentra recluida en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF), ubicado en Los Teques, estado Miranda, reveló que estaba cansada de observar cómo la crisis política en el país había sido uno de los detonantes de la migración sin precedentes de venezolanos en la región.
“Yo estaba en Cúcuta, veía niños venezolanos sufriendo todos los días, mi tía se fue caminando hasta Perú porque no podía sobrevivir ni un día más aquí en Venezuela”, expresó sobre su motivación a ser parte del supuesto plan para acabar con la vida del líder socialista.
En una entrevista concedida a Noticiero Digital, Pernía reveló detalles sobre los tratos crueles que padeció mientras estuvo detenida en la sede la Dirección General de Contrainteligencia Militar en Boleíta, Caracas.
“Me metían coñazos en la cara, hombres y mujeres, policías, militares, me amenazaban, me amedrentaban, me metían patadas en los oídos, en la cara, hasta que se me rompían los vasitos”, precisó.
Pernía confesó que 17 personas fueron las responsables de planear la operación para asesinar a Maduro. “Nadie nos pagó, nadie nos dijo qué hacer, todos nos unimos porque estábamos cansados de ver sufrir a nuestras familias”, agregó.
Redacción Maduradas con información de Noticiero Digital.
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