La actriz Gledys Ibarra causó polémica hace unos días al revelar detalles de su tormentosa relación con sus padres, quienes, según su testimonio, no le impartieron la debida crianza, ni la acompañaron en sus momentos difíciles.
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La intérprete de 60 años denunció que estaba siendo supuestamente extorsionada por su hermano, quien la confrontaría diciendo que su madre está “muriendo de mengua” por culpa de la actriz de cine y teatro, quien “no manda dinero”.
“Estoy haciendo este video porque el señor (su hermano) se ha dado a la tarea de acusarme y molestarme públicamente y me ha obligado a esto (…) Miren, déjenme en paz, ya tuve suficiente. En noviembre cumplo 61 años, 61 años en los que no supe una palabra de lo que era una madre, salvo la de mis tías que se los agradeceré eternamente. Solo fui una herramienta de dinero hasta que dejé de mandarlo, salvo para los eventos que ameritaban una ayuda grande”, indicó.
Sin embargo, la artista se defendió indicando que ella mantuvo a sus familiares durante 35 años, a pesar de haber sido, supuestamente, “abandonada” desde su infancia por sus padres.
“Yo fui una niña abandonada, despreciada, no querida por mis padres. Siempre me pregunté por qué fui criada por mis tías, la referencia siempre en mi vida fueron ellas, nadie más”, dijo la actriz, a través de un video compartido en Instagram.
Así mismo, señaló que, cuando empezó a tener notoriedad en el mundo artístico venezolano, a su madre se le “despertó” el amor que antes “nunca” había manifestado.
“Mi mamá no sabe de ningún dolor de mi niñez. Yo tuve a mis hijas cuando era adolescente y yo no la vi cuando parí, ella no conoció a mis hijas. Ella no conoce ninguna situación dolorosa de mi vida, ni siquiera sabe cuánto dolor me causó su abandono”, afirmó la actriz.
La respuesta de su madre
En un video difundido en la cuenta de su hermano, la madre de la actriz refutó las declaraciones de Ibarra y ofreció su versión de los hechos.
«Es un malentendido, mi propia hija me expone al escarnio público. Ella dice que yo la regalé, que la criaron sus tías y sus abuelas (…) a ella su abuela no la crió del todo, yo vivía a una cuadra de la casa de la abuela, ella se pasaba entre una casa y otra», contó.
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«Todo fue al revés de cómo ella lo dijo. Cuando ella se mudó, que formó su hogar, que yo la llamaba, yo era la que molestaba. Venía el vecino, el perro se enfermó, yo te llamo después. Y después nunca la llamaba. Y yo nunca lo tomé a mal (…) Ahora, después de vieja y toda esperolada, me estoy dando cuenta que era una especie de desprecio que no entiendo», agregó la señora.
Aseguró que ella nunca abandonó a Gledys: «Durante toda la vida mientras estuve viviendo en Caracas, yo veía por mi hija (…) Si la dejaba al cuidado de su tía era porque no soy millonaria, nunca lo he sido, ni el marido mío tampoco lo era. Yo tenía que trabajar y ella se quedaba con sus tías. Ella pasaba los fines de semana en mi casa».
Añadió que cuando Ibarra tuvo su primera hija, ella le lavaba los pañales.
«No sé por qué inventa esas cosas (…) que haya tenido más comunicación con sus abuelas y sus tías, no lo dudo. No debe decir nada de que no la atendí, cuando ella parió la primera hija que tuvo, yo me la pasaba lavando los pañales a la nieta», sostuvo.
Redacción Maduradas
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