Bárbara Coombes, de 51 años, confesó recientemente haber asesinado, hace doce años, a su padre, Kenneth Coombes, luego de descubrir que el hombre guardaba varias fotografías de pornografía infantil entre las que había varias de ella misma cuando era infante.
Foto: Policía de Manchester
Aparentemente, el padre habría abusado de ella misma y de su madre durante años hasta ocasionarle trastornos psiquiátricos como depresión y y estrés postraumático.
Luego de haber realizado una serie de arreglos en el jardín de su padre, Coombes encontré las fotografías y, en un ataque de ira, tomó una pala y golpeó dos veces en la cabeza al hombre. Luego, con el filo de la pala, le cortó el cuello y lo vio desangrarse hasta morir.
Con una alfombra, envolvió el cuerpo y lo ocultó en el jardín. Después, compró unos 900 kilos de tierra y los usó para esconder el cuerpo de su padre durante 12 años en el jardín.
Esto ocurrió en un tranquilo barrio de Manchester (Inglaterra).
A sus familiares, les contó una elaborada historia sobre la muerte repentina de su padre y cómo tuvo que acelerar el proceso de cremación.
A pesa de que el homicidio se produjo por un hallazgo muy fuerte que desencadenó el estrés de Coombes, ella no dudó en aprovechar el seguro de vida de su padre y cobró, de forma fraudulenta, unos 236 mil dólares en beneficios.
No fue sino cuando se vio acorralada que la mujer decidió confesar.
Un funcionario de la asociación local de viviendas se acercó para programar una visita al domicilio de Kenneth Coombes en donde ella misma vivía y, curiosamente, dormía en una habitación cuya ventana daba muy cerca de donde se encontraba el cadáver.
El día antes de la visita, ella se acercó a una estación de policía y, sin ninguna muestra de emoción alguna, confesó haber matado a su padres 12 años atrás.
La policía encontró el cuerpo en el jardín trasero. Así lo reseñó The Washington Post.
«Coombes no se mostró preocupada por lo que había hecho y negó a todos la oportunidad de despedirse, ya que Kenneth yacía enterrado en el fondo de su propio jardín, a pocos metros de la ventana de su dormitorio», declaró el oficial investigador Duncan Thorpe, según dijo la policía de Manchester en un comunicado.
Así mismo, los fiscales de la corte describieron cómo la mujer sufrió una vida de «abuso», pero que ello no era excusa para incurrir en asesinato, por lo que fue sentenciada a 9 años de prisión.
Redacción Maduradas con información de The Washington Post
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