Una jefa del departamento de urgencias de un centro asistencial de Nueva York, Estados Unidos, se suicidó el domingo 26 de abril luego de permanecer muchos días enfrentando la batalla contra el COVID-19.
Antes de quitarse de vida, la trabajadora de la salud confesó a sus familiares que no soportaba ver fallecer a tanta gente a causa de un virus.
Se trata de la doctora Lorna Breen, quien era directora médica de las urgencias del Hospital New York-Presbyterian Allen, en Manhattan.
«Ella trató de hacer su trabajo, y eso la mató«, expresó el médico Philip Breen al diario The New York Times.
Breen indicó que su hija, de 49 años de edad, no tenía antecedentes de enfermedad mental, pero sí dijo que la última vez que conversó con ella le comentó lo difícil que le resultaba presenciar la muerte de tantos pacientes infectados por el coronavirus, algunos incluso antes de que pudieran dejar las ambulancias para ingresar al centro asistencial.
«Ella estaba realmente en las trincheras en la línea del frente. Asegúrense de que sea elogiada como una heroína. Es una víctima tanto como cualquier otra persona que haya muerto», manifestó su padre.
Aseguró que su hija también se contagió con el COVID-19, pero una semana después de su diagnóstico volvió trabajar, aunque el hospital la envió otra vez a su casa, y su familia se la llevó a Virginia, donde falleció.
Redacción Maduradas con información de 20 Minutos.
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