La rusa Rosneft ya había adelantado que se iba de Venezuela y la estadounidense Chevron podrá quedarse, pero sin sacar petróleo de la Faja del Orinoco ni venderlo. Dos situaciones que dejan al país controlado por Nicolás Maduro y a la producción en «casi nada», así lo aseguró en su más reciente artículo publicado este lunes 27 de abril, el periodista Juan Carlos Zapata.
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«Habrá que restarles a los 660.000 barriles reportados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), los 262.000 de la suma de Rosneft y Chevron. O sea, que la producción va a quedar en menos de 400.000 barriles diarios. Se pierde el 40% de la producción. Si esto es grave, no se diga lo que ha ocurrido con el colapso de los precios del petróleo», reza parte de su texto publicado en el portal web del diario venezolano Al Navío.
La petrolera rusa anunció el pasado sábado 28 de marzo, en un comunicado, la venta de todos sus activos y su participación en explotaciones en Venezuela a una compañía propiedad exclusiva del gobierno ruso.
La decisión supuso el fin de todas las actividades en territorio venezolano de una compañía, que se convirtió a lo largo de los años en una pieza clave en la batalla geopolítica que Estados Unidos y Rusia libran en torno a Venezuela.
Por su parte, hasta que no llegue el cambio político en Venezuela, Chevron Corporation – una empresa petrolera estadounidense – no podrá producir petróleo en el país tras las medidas emitidas el martes 21 de abril por la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos (OFAC).
Sin embargo, la crisis venezolana solo se agudizó por el cese de estas importantes petroleras. El golpe más duro lo ha dado el chavismo en 20 años, tomando en cuenta que la producción petrolera era de poco más de 3.000.000 de barriles diarios cuando Maduro llegó al poder.
Redacción Maduradas con información de Al Navío
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