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¡GRAVE! El béisbol de Venezuela quedaría aislado del Caribe y del mundo si el régimen opta por nacionalizar la liga como en Cuba

El periodista experto en béisbol, Ignacio Serrano, advirtió sobre las consecuencias que traería una eventual nacionalización de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, lo cual es una posibilidad latente si se toman en consideración las recientes declaraciones de voceros como Diosdado Cabello y la presión que habría llevado a las autoridades de la LVBP a renunciar. 

LVBP

«Las presiones son enormes, confirman ejecutivos consultados. Miraflores no toleró ni siquiera que la justa empezara en noviembre, como medida para aligerar costos y facilitar la logística, y en cambio presionó para que haya beisbol desde octubre, como si nada pasara. Voceros del PSUV han alertado sobre una alternativa a la posibilidad de tirar la toalla: el ejemplo de Cuba, la nacionalización de la liga antillana en los años 60 y la expropiación de los equipos en Venezuela ahora, una exigencia del sector más radical, que gravita como amenaza desde hace más de una década, aunque el grueso de la fanaticada no tenga noticia de esto. No hay fuente que descarte esto último. La suerte de empresas acereras, lácteas, petroleras y tantas otras recuerda cuál es el camino que el país recorre desde hace años, así como el maltrecho resultado de tales expropiaciones», comenta el comunicador social en una columna en su página web.

Al mismo tiempo, acotó que esto significaría prácticamente el aislamiento de la pelota local rentada:

«Este mecanismo, que no es imposible, parece no obstante inviable. El apoyo de la Asociación de Peloteros de la MLB terminará, si eso sucede; la Confederación del Caribe suspenderá a Venezuela, decenas de peloteros que actúan en México o Europa se abstendrán y la Serie del Caribe vetará al representante nativo. Una expropiación de los seis elencos de la LVBP no vinculados con el oficialismo dejaría al evento local en la urgencia de contar básicamente con los jugadores de la Liga Nacional Bolivariana, aunque no todos, pues allí acaban de actuar algunos de quienes se rehusaban a jugar la final en enero, alegando circunstancias políticas. ¿Se sumarán a una iniciativa en la que el estado sea quien controle la acción en los diamantes?», profundiza Serrano.

Se preguntó también cuál sería la reacción del fanático: «El béisbol ha podido navegar las aguas de la extrema politización gracias a que una mayoría de los venezolanos ha desvinculado su amor por este deporte de la pugna entre gobierno y oposición. Pero las últimas encuestas del IVAD y Datanalisis indican que ronda el 15 por ciento el apoyo popular a las políticas oficiales. ¿Cuántos aficionados irán a los estadios, cuántos darán su apoyo a la competencia, si ya no hay caras conocidas, si ni siquiera hay prospectos y si está claro que el nuevo administrador del espectáculo tiene carnet del PSUV?».

Cierra su artículo destacando que ni siquiera hay garantía de contar con pelotas para jugar:

«La Rawlings, utilizada en los años recientes, es de licencia estadounidense. Alternativas como la Mizuno japonesa o la Tamanaco venezolana parecen distantes, por tener las mismas relaciones económicas que otras empresas tienen con el ámbito internacional, y por lo tanto, con Estados Unidos (…) Por primera vez en tres cuartos de siglo existe el riesgo claro de que no haya beisbol invernal en Venezuela. Aunque nadie dé el paso de admitirlo formalmente», sumó.

Redacción Maduradas con información de El Emergente

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