La organización Provea lamentó, recientemente, las acciones emprendidas por los organismos de seguridad del régimen de Nicolás Maduro en contra de manifestantes de Venezuela.
Se refirieron en un comunicado al caso de Rufo Chacón, el joven de 16 años de edad al que le dispararon perdigones en la cara y lo cegaron al vaciar sus globos oculares.
Provea aseguró que el caso no se trata de un evento aislado, sino que se trata de un “patrón” represivo del régimen madurista.
«En situaciones como la ocurrida en Táriba, es claro que el empleo de la fuerza policial y militar en el país esta dirigida a causar el máximo daño posible contra los manifestantes. Por lo que estos hechos, lejos de ser casos aislados, forman parte del patrón represivo acertadamente descrito por la Oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos», indica el documento.
Del mismo modo, recuerdan un caso similar sucedido el 19 de febrero de 2014 en Valencia (estado Carabobo), cuando la joven Geraldine Moreno se encontraba protestando y fue mortalmente herida de similar forma.
La diferencia en ese momento tuvo que ver con las consecuencias: Moreno no pudo recuperarse de las heridas y murió el 22 de febrero de ese mismo año.
Redacción Maduradas con información de Konzapata
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