Niños y adolescentes abandonan las escuelas para trabajar para grupos irregulares que operan en la frontera de Venezuela con Colombia y Brasil ante las precarias condiciones en las que viven, según señaló la ONG Fundaredes en su boletín número 16, sustentado en diversos testimonios.
Docentes y habitantes de las poblaciones afectadas relataron cómo más de 1 millón de niños y adolescentes abandonaron las aulas de clases para convertirse en presas de los irregulares, quienes les ofrecen un ingreso en moneda extranjera y en muchos casos logran sumarlos a sus filas.
«En estas zonas donde el Estado venezolano está prácticamente ausente, la figura de los grupos armados irregulares emergen como los nuevos ‘patronos’, e incluso se han convertido en los principales proveedores de empleo», señala el boletín.
Fundaredes indicó que estos grupos controlan las actividades ilícitas como el contrabando de combustible, de alimentos, medicinas, el narcotráfico, la extorsión y el secuestro.
Redacción Maduradas con información de FundaRedes
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