Un nuevo enemigo se suma a la ya larga lista de precariedades que aquejan al sistema de salud público de Venezuela: la zarigüeya (Didelphis marsupialis) o rabipelado, como se conoce localmente a este pequeño marsupial. Abundante en zonas urbanas del país, ahora la prensa en la ciudad de Barcelona (capital del estado de Anzoátegui, región costera del noreste) achaca a la criatura una racha de muertes infantiles en el Hospital Luis Razzeti de la localidad, publica el diario El País.
El lunes, el diario El Tiempo de Puerto La Cruz, ciudad gemela de Barcelona, se hizo eco de las denuncias de padres de pacientes, quienes sostenían que durante el fin de semana se registraron 10 muertes de neonatos en el hospital, 17 a lo largo de la semana anterior, y 50 durante el mes.
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Apartando otras irregularidades en el centro de salud, ya crónicas y que el diario reseña, una prueba de laboratorio determinó que una bacteria podría haber sido la responsable de las muertes. El brote coincidió con la aparición el sábado de una zarigüeya que se había colado en la sección de neonatología del hospital.
Personal de la institución confirmó al diario la “invasión de rabipelados” que el plantel enfrenta. Pero le restaron importancia. La enfermera que citó el tabloide, Zandra Martínez, fue despedida en represalia.
La Dirección de Salud del Estado, dependiente de la Gobernación de Aristóbulo Istúriz —expresidente de la Asamblea Nacional por el oficialismo y exministro en los Gabinetes del presidente Hugo Chávez— dijo que revisará los casos. El Consejo Legislativo (el parlamento regional) también abrirá una investigación. “Haremos una planificación con las autoridades del hospital para corregir y mejorar las áreas afectadas”, declaró Nelson Moreno, presidente del organismo.
El incidente ilustra el deplorable estado de los hospitales públicos en Venezuela. La corrupción, el desorden administrativo y la desidia burocrática, castigaban al sistema ya desde antes de la revolución bolivariana.
Pero con el chavismo llegaron también la escasez constante de suministros y, sobre todo, la deserción masiva del personal médico. En los 16 años de bolivarianismo, más de 12.000 médicos han abandonado sus puestos en hospitales públicos, de los que se calcula que 7.000 se han marchado del país. El Gobierno, que niega ese éxodo, ha optado por concentrarse en levantar una red de medicina preventiva y primaria, bajo el modelo y tutoría cubanas, y en formar a los llamados “médicos integrales”.
La escasez de medicamentos en el mercado llega al 70%, según la Federación Médica Venezolana, y al 93% en los hospitales públicos. Los establecimientos suelen pedir a sus pacientes aportar los medicamentos y hasta el material médico quirúrgico.
Información de: EWALD SCHARFENBERG / El Pais