En un libro digital difundido a través de la plataforma freeditorial.com se revelan detalles asociados a Óscar Pérez, el expiloto del Cicpc que se rebeló contra el régimen de Nicolás Maduro y que fue asesinado junto a su grupo el 15 de enero de 2018 en El Junquito.
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AVN-ACN
En el texto, que firma una persona que se identifica como Rómulo Hernández, se recogen testimonios de allegados a Pérez que relataron detalles sobre los meses en los que estuvo en clandestinidad y sobre la fatídica jornada del 15 de enero de 2018.
Entre las revelaciones publicadas, aseguran que José Alejandro Díaz Pimentel, mano derecha de Óscar Pérez y exfuncionario de la DGCIM, era familia consanguínea del constituyente Pedro Carreño y de su hermano, el general Hermes Carreño.
«Lo que pocos conocen de Pimentel, revela la fuente consultada, es su consanguinidad con Pedro Carreño. Ese hombre de la revolución, defensor a ultranza del proceso y conocido por su verbo encendido. Carreño resultó ser tío abuelo del compañero fiel de Óscar Pérez. El abuelo de Pimentel, Renato Díaz, era hermano de Pedro y Hermes Carreño. No llevaban el mismo apellido porque el papá de ambos solo había reconocido a Pedro y a Hermes, Renato quedó como un hijo natural, fuera del matrimonio. Nunca hubo una relación cercana entre las familias, pero todos sabían que por sus venas corría la misma sangre».
Aseguran en el texto que el día de la masacre del Junquito, intentaron contactar al general Hermes Carreño que le garantizaran la vida a Pimentel, pero que éste no atendió la llamada.
«El día que Venezuela se levantó con la noticia de que a Óscar y a su grupo los tenían sitiados en El Junquito, la desesperación de la familia de Pimentel los llevó a intentar conversar con el general de división. Hermes Carreño, su tío abuelo. La familia solo quería que a José Alejandro y al resto de sus compañeros le garantizaran la vida. De allí la necesidad de hablar con Hermes Carreño. Quien mejor que su tío abuelo, activo dentro de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y cercano al sector oficial para mediar, para interceder ante un gobierno que ya había demostrado su clara intención de no dejarlos vivos. Me cuenta la fuente que se hicieron varias llamadas, pero ninguna fue respondida. El sobrino de Pedro y Hermes había sido asesinado por el gobierno que sus tíos abuelos no solo apoyaban sin miramientos, sino del cual formaban parte. De hecho el joven quien dejó huérfanos a tres niños, estaba desfigurado cuando fueron a reconocer su cadáver. No solo mostraba signos de violencia sino que el tiro que recibió en la cabeza evidenciaba el uso de un arma de alto calibre. No es necesario detallar más para entender en qué condiciones lo dejaron. Estas denuncias fueron confirmadas luego con el tiempo».
Acá puede consultar el texto completo
Redacción Maduradas
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