La serie Glee que revoluciono el género juvenil parece estar envuelta en una ola de tragedia y muerte.
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La ficción creada por Ryan Murphy fue estrenada en 2009 mostrando un escenario de secundaria y conflictos de la adolescencia, que se convirtió en fenómeno por mostrar entre sus protagonistas a unos personajes inadaptados que acabaron con todos los estereotipos, pues reunía a un gay orgulloso de serlo, un paralítico, una chica obesa, una latina y una adolescente judía adoptada por dos homosexuales.
La serie Glee recibió dos Globos de Oro y sus canciones se transformaron en discos que encabezaban las ventas; pero 11 años después la serie dejó de ser un éxito para convertirse en un producto maldito demostrado con las trágicas muertes de tres de sus protagonistas: Cory Monteith, Mark Salling y Naya Rivera.
La primera muerte que marcó a la serie fue la de Cory Monteith, quien interpretó el personaje Finn, un adolescente sensible capaz de bailar un vals con su hermanastro y romper todas las barreras de la sexualidad, que además era un exitoso deportista con el sueño de ser músico, que tenía a la novia más bonita, pero se enamora de la más talentosa.
En la vida personal, Monteith vivió el divorcio de sus padres cuando tenía siete años, faltó bastante a la escuela y cuando cumplió los 13 años comenzó a probar drogas. Los conflictos marcaron su adolescencia hasta que fue sorprendido robando dinero a un pariente y sus familiares lo amenazaron con denunciarlo si no cambiaba.
Comenzó tratamientos de rehabilitación y salió de Canadá, su país natal, luego descubrió que le gustaba actuar y participó en varios proyectos antes de llegar a Glee.
Se enamoró de su compañera de reparto Lea Michele, quien alguna vez afirmó: “Él me hace sentir que puedo hacer cualquier cosa. Me siento la chica más afortunada del mundo”.
En 2013 el actor pasó nuevamente por un centro de rehabilitación, parecía recuperado. Pero el 12 de julio de ese año re reunió con varios amigos y luego regresó al hotel de Vancouver donde se hospedaba, debía dejar su habitación al día siguiente, pero no lo hizo, y cuando los empleados entraron al cuarto lo encontraron sin vida.
En ese momento tenía 31 años y la autopsia reveló que falleció por una sobredosis de heroína y alcohol.
Luego de esto, la serie Glee dedicó un capítulo en homenaje a Cory, el episodio de la quinta temporada titulado The Quarterback, con récord de audiencia.
La segunda muerte que marcó la tragedia de Glee fue la de Mark Salling, quien interpretaba a Puck Puckerman, el mejor amigo de Finn, un muchacho arrogante, pero simpático que se dedicaba a limpiar piscinas mientras mantenía relaciones con sus dueñas. Además producía su música, tocaba piano, guitarra, bajo y batería.
Salling alguna vez tuvo una relación con la actriz Naya River, pero la relación no perduró mientras compartieron como parte del elenco de la serie.
En 2015, el actor fue arrestado por poseer pornografía infantil, eran cerca de 50.000 imágenes y videos de este tipo, y no era la primera vez que se le señalaba por algún delito sexual, pues su ex novia Roxanne Gorzela lo denunció por ponerla en peligro al negarse a usar preservativo y obligarla a tener relaciones sexuales con él.
En 2017 el actor se declaró culpable de posesión de material pornográfico e intentó negociar una condena de entre cuatro y siete años, pero el juez le informó que se estaba planteando la pena máxima de 20 años, aunque la sentencia definitiva se conocería en marzo de 2018. Dos meses antes de eso el actor se quitó la vida.
Este 2020 nuevamente la muerte envuelve a la serie Glee, esta vez le tocó el turno a la actriz Naya Rivera, quien interpretaba el personaje de Santana López, una joven aguerrida y sensual que se convirtió en ícono de la comunidad LGBT por salir del clóset para vivir el amor con su amiga Brittany.
En su autobiografía contó que mientras grababa la serie enfrentó desordenes alimenticios e incluso decidió abortar cuando se enteró de que estaba embarazada para poder dedicarse a su profesión.
El miércoles pasado la actriz salió en un paseo en bote con su hijo de cuatro años, Josey, y el lindo día se convirtió en pesadilla cuando el pequeño fue hallado dormido en el bote y al ser consultado por lo que había pasado solo respondió: “Mamá se tiró al agua a nadar y nunca más volvió”.
El mismo día en que se cumplieron los siete años de la muerte de Cory Monteith localizaron el cuerpo de Naya Rivera.
Redacción Maduradas con información de Infobae