A través de las redes sociales se ha hecho viral la presunta reflexión de una «ex-bachaquera», quien bajo anonimato relató una terrible historia que vivió como consecuencia de especular con alimentos y productos esenciales.
Un texto compartido en Facebook circula en el internet. Una mujer cuenta que se dedicó a la reventa especulativa y en un momento difícil de su existencia pagó con la vida de su hijo por aprovecharse de la necesidad de otras personas.
A continuación el texto íntegro:
Comparto mi experiencia con ustedes para que no le suceda otras personas. Fui una mujer muy viva, en muchas ocasiones me aproveche de la necesidad de otras personas. Varias veces cambie un kilo de leche por un arroz, una harina y un litro de aceite. No me importaba, yo pedía 3 artículos por una leche de mercal. Siempre había una que me cambiaba eso, vendía Pañales que no costaban más de 70 Bs. y los vendía hasta en 7.000 y 8.000. Otras fue las leches formulas. Hice mucho dinero, hasta con medicamentos e insumos médicos. Un día me llamaron del colegio de mi hijo para decirme que él se había desmayado y que había convulsionado.
Cuando lo lleve a la emergencia, la enfermera que me atendió me pareció conocida. Me trato muy descortés y en realidad yo sentía que allí no me iban a ayudar. Entre mi hermano y yo llevamos al niño a una Clínica privada donde me pidieron de todo para poder ingresarlo. Le atendieron y le realizaron varias evaluaciones y al realizarle las placas en su cabeza los médicos me dijeron lo peor, Mi hijo tenía un tumor en el lado izquierdo del cerebro. Me dijeron que lo podía ayudar una cirugía y me remiten a un hospital por referencia del neurólogo de la misma clínica.
En 4 días habíamos gastado hasta el modo de caminar. Allí nos pidieron de todo para operar a mi Diego, las válvulas cerebrales, las sondas, y unas cosas las tuvimos que comprar a precios excesivos. Yo me quejaba y pedía a Dios que las personas fueran humanas. Una muchacha me iba a donar una válvula que le había quedado de la operación de su hija, nos citamos en plaza y cuando me vio me dijo: ¿es para tu hijo?, Fíjate que lo siento, ¿usted se recuerda cuando me vendió dos soluciones fisiológicas en 18mil? Y las pague por la necesidad de operar a mi hija. Pues bueno. No puedo donarle algo a usted que no tuvo misericordia de mí en aquel momento. Si quiere la válvula debe pagar lo que yo pague por ella y son 28mil.
Yo sentí que el cielo se me desplomó encima, pues no tenía palabras ni argumentos para enfrentar aquello. Y aparte no tenía más dinero para pagar lo que aquella me pedía. Aquella tarde me senté en la plaza, Le pedía a Dios y miraba a la gente hacer cambios de artículos por artículos o por dinero allí mismo.
Eso era lo que yo hacía. Esa tarde a las 5 y 23 pm me llamó mi mamá que era la que estaba con mi Diego. Me dijo que necesitaba que fuese al hospital, que por fin había un cupo en el quirófano para operar a mi hijo. Pero yo no tenía la válvula para la operación. Le conté a mi mamá lo que había sucedido y escuché una voz del otro lado del pasillo que me decía. ¿Qué se siente cuando se aprovechan de nuestras necesidades? Así me sentí yo cuando me vendiste una fórmula que te pagué bien cara. Era aquella enfermera que me había resultado conocida la primera vez que vine a la emergencia.
Lastimosamente no pudieron operar a Diego por no conseguir a tiempo la válvula y mi niño falleció por la presión en su cabeza. No saben cómo me siento y como me arrepiento de lo que hice.
Decidí no ser tan cobarde y compartir mi historia con ustedes para que tomemos conciencia, no clamemos justicia y piedad cuando nosotros, no somos justos y piadosos.
No hagan lo que yo he hecho…La he pagado caro con mi inocente Diego.
Perdón a todos de los que me aproveche de su necesidad y desesperación.
No me atrevo a decir mi nombre.
Redacción Maduradas
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