“Bienvenido al infierno”, este fue el mensaje que recibió hace unos años el dirigente y expreso político, Villca Fernández, cuando fue detenido por supuesta conspiración en el centro de reclusión del Servicio Bolivariano Nacional de Inteligencia (Sebin).
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Composición Maduradas – Twitter – Villca Fernández
Hoy apenas un mes luego de que fuera repatriado del país como única condición para ser liberado, Villca contó a El Nuevo Herald las injusticias de las que fue víctima en su paso por la cárcel.
Fernández inicia recalcando que los funcionarios jamás se equivocaron cuando dijeron que el Sebin era el infierno, “Si [El Helicoide] no es el infierno, entonces por lo menos está a las puertas”.
El dirigente comenta que desde el primer día supo que su resistencia se pondría a prueba en el recinto. A penas unos días de haber ingresado le esposaron un brazo en una reja que daba hacia un vertedero de aguas negras de donde provenían las ratas.
Permaneció así por 28 días de pie o de cuclillas, pero sin poder acostarse en el piso para dormir. Lo liberaban solo 15 minutos a diario para ir al baño, pero nada más.
El joven contó que los presos políticos son tratados como animales, obligados a vivir bajo un permanente estado de tensión, disputándose los espacios con reos comunes de alta peligrosidad y con ratas gigantes que deambulan libremente por las instalaciones, así reseña El Nuevo Herald.
La comida también fue otro de los problemas que padeció.La comida era escasa y muy mala y agua no le daban. Dependía de los prisioneros de la celda de enfrente, que era llamada “Guantánamo”, desde donde le tiraba ocasionalmente botellas de agua.
Pero esto no es lo peor, Fernández reveló que la mayor preocupación estando detenidos es la tortura a la que son sometidos.
“En varias ocasiones vi como a los prisioneros se les aplicaba electricidad en los testículos, en los tobillos, y en la parte de atrás de las orejas. Lo vi varias veces y en otras ocasiones lo escuché cuando se lo aplicaban a otros porque gritaban”, confesó.
Redacción Maduradas con información de El Nuevo Herald
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