En otra Venezuela, una “bala fría”, era tan económico como ir al cine en familia, sin embargo, después que la inflación comenzó a apoderarse de los bolsillos y del día a día de los venezolanos, los empresarios, comercios y hasta los carritos de “perros calientes”, se han visto en la necesidad de aumentar los precios para no verse “tan afectados” por la economía, como el ciudadano común.
Carritos abundan en las calles, algunos son más famosos que otros, pero todos tienen el mismo desafío: tratar de sobrevivir en el negocio de la comida rápida en un país sacudido por la escasez y los altos costos.
De acuerdo a un trabajo realizado por El Nacional, en Chacaíto, hay varios de estos negocios. En el menú siguen ofreciendo perros calientes, hamburguesas y pepitos, todos con precios que hasta hace unos 3 años parecían “impensables”.
Uno de estos puestos es «Maro Burguer”. En su menú los perros calientes van desde los 5.000 hasta los 7.000 bolívares, el monto varía si el cliente desea agregarle queso. La hamburguesa más económica cuesta 17.000 bolívares, mientras que, la “4 sabores” (incluye chorizo, morcilla, carne y pollo) ya está por los 34.000 bolívares. Es decir, prácticamente se gasta el 30 por ciento del sueldo «para un antojito».
Los precios de las bebidas también varían, van desde los 4.000 hasta los 6.000 bolívares.
«Comer en la calle, comerse un perro, ya es un lujo. No hemos dejado de vender, pero la clientela sí ha bajado por los cambios en los precios«, aseveró.
A pesar de las limitantes, aseguran que tratan de mantener la calidad de la comida. También han optado por reinventarse para sobrevivir y desde hace dos meses ofrecen combos. Uno de los más buscados, es un jumbo con bebida por 13.000 bolívares.
Según el rotativo, en Las Mercedes está «El rincón del sabor», puesto popular y bastante concurrido por su cercanía con locales nocturnos. Tienen 20 años en el sitio y coinciden en que la clientela ha bajado drásticamente.
En «El rincón del sabor» los precios también se asemejan, ofrecen los perros calientes desde 5.500 y la hamburguesa más cara está en 35.000 bolívares. Por los altos costos y la escasez también se ven obligados a subir los precios hasta dos veces por semana.
«Aquí los precios se cambian hasta dos veces por semana, y eso es porque los costos de los productos cambian todos los días, como la cebolla, por ejemplo; el kilo sube a cada rato. Los refrescos, la salchicha, la chuleta», explica Jennifer García, una de las dueñas del sitio.
Explicó que es difícil sobrellevar las quejas de los clientes cuando sube de precio a algún producto.
Redacción Maduradas con información de El Nacional
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