Es normal que al llegar a un nuevo país o territorio camines, sientas y te muevas como si lo estuvieras haciendo por tu propio terreno como si nada hubiese cambiado. De esta manera conservas tus costumbres pero también los temores a los que estabas adaptado en este caso, en Venezuela.
Aquí te presentamos una lista de los ocho miedos más insólitos que solo los venezolanos podemos entender, fuera y dentro de nuestras fronteras:
Las motos
Ese pre infarto que te daba el escuchar el sonido de una moto acercarse a ti no se despedirá de ti por un buen rato. Ese temor de que el que vaya a bordo de esa moto tenga la intención de robarte, tardará en borrarse.
Los bululús.
Mientras que en otros países estar entre mucha gente podría definirse como la mejor de las fiestas, para un venezolano representa ponerse la cartera hacia adelante y girar la cabeza más que un ventilador.
Las rumbas.
Que tus primos o nuevos amigos tengan la voluntad de invitarte a la discoteca de moda a eso de las 10:00 pm es algo a lo que no te acostumbras. En Venezuela a esa hora estarías envuelto en una sábana y agradeciendo a Dios porque el día terminó y saliste ileso.
El agua.
Es momento de que dejes de fregar cada cinco minutos cada cucharilla o vaso que ensucias por miedo a que se vaya el agua. No se va a ir.
La comida.
Eso de pensar que la comida se va a acabar y que no vas a alcanzar a tomar todo lo que necesitas porque los demás te lo van a quitar, será un temor que deberás eliminar.
Ignorancia de las leyes.
El hecho de que te estés adaptando a una nueva sociedad no quiere decir que todo lo que hagas lo estés haciendo mal. Deja de pensar que cada cosa que haces puede ser motivo de multa, aunque ciertamente haya países en los que cruzar la calle sin respetar los semáforos es un delito tanto para el conductor como para el peatón.
La justicia.
Lamentablemente nos hemos acostumbrado a que en Venezuela todo se resuelve con dinero, incluso la decisión de las autoridades. Así que el miedo tan solo a escuchar música a volumen alto y que los vecinos llamen a la policía será un temor permanente.
Tomar y conducir.
Tomar licor y conducir es algo completamente normal en Venezuela, pero en cualquier país decente en el exterior, deberás pagar una multa, en el mejor de los casos. Así que, ni lo pienses.
Si al final tus primos logran convencerte de salir, lamentarás decirles que si bien aceptaste la propuesta, estarás toda la noche de guardaespaldas porque ni una gota de alcohol entrará a tu cuerpo. ¿Qué tal que te tomes una copa, te detengan en una alcabala en el puesto del piloto y descubran en el alcoholímetro que algo hiciste mal?