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¡IMPERDONABLE! Pagó 2 millones de bolívares por el asesinato de su papá para quedarse con la herencia

El estado Zulia está impactado por un terrible crimen. Un hijo mandó a matar a su padre para quedarse con el dinero de su progenitor, un reconocido empresario ítalo-venezolano.

La frialdad de Santiago Giovani Allio Torres (27) ante el asesinato de su padre lo delató. El joven no exteriorizó el más mínimo dolor al ver el cadáver de su padre, Bruno Allio Bonetto (59), sobre el asfalto de la avenida 2A del sector Don Bosco, parroquia Olegario Villalobos de Maracaibo, reseñó La Verdad.

Foto: Noticia al Día

Esta indolencia lo convirtió en el principal sospechoso del crimen. Intentó junto a sus cómplices fingir un robo, pero su objetivo principal era la herencia de su papá, así se descubrió tras un par de interrogatorios policiales a Santiago.

El hijo de Allio Bonetto confesó que desde hacía semanas buscaba junto a su amigo, Adolfo Hernández Medina (23), el momento del atentado. El crimen debía consumarse antes de que el empresario contrajera nupcias con una funcionaria del Ministerio Público. Quería eliminar toda probabilidad de no ser el heredero universal.

«Brunito», como le dicen por cariño a Santiago sus familiares, acordó con Hernández contratar a Daniel José Mondoy Barreto (18), y un adolescente, de 17 años, en el barrio Cerros de Marín para el asesinato. A cada uno les pagó un millón de bolívares, reveló Gervacio Vera, jefe de la región zuliana de la policía científica.

Allio dejaría entrar a Mondoy y a su compinche al edificio Murano y les entregaría la Beretta, T92FS, calibre 9 milímetros de su padre. Estos esperarían al empresario dentro de su Jeep Cherokee, lo someterían con su propia arma, lo llevarían a un paraje solitario y finalmente lo matarían. Nada salió según el plan. Bruno Allio aceleró hasta estrellarse contra la cerca de una casa frente al conjunto residencial.

A los sicarios no les quedó más remedio que asesinar al empresario cerca de su casa. Quien debía recogerlos no llegó, debieron disparar al aire, correr por unas cuadras y obligar a Allio Torres a montarlos en su F-150. Todo el movimiento quedó grabado en las cámaras de seguridad de las residencias aledañas.

«Brunito» regresó a la escena del crimen. Se unió al grupo de familiares, miraba a sus alrededores con indiferencia e inmutable, sin una pizca de sufrimiento, asombro o piedad para con la víctima o su viuda.

Las contradicciones, los titubeos y el nerviosismo ante los investigadores lo delataban y comprometían. Antes de ponerse el sol ya había confesado el crimen, delatado a sus secuaces e indicado sus posibles guaridas.

Una comisión llegó a la casa de Hernández y lo detuvo, mientras que otra se desplegó por Cerros de Marín. Mondoy se resistió a la captura, se enfrentó contra los oficiales y una bala le rozó el cuello. Sobrevivió, lo llevaron al hospital y después a los calabozos. Solo el adolescente permanece prófugo.

Con información de La Verdad.

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