Los militares venezolanos que llegaron en calidad de «huéspedes» a la Embajada de Panamá en Caracas tras participar en el fallido alzamiento del 30 abril pasado contra el Gobierno de Nicolás Maduro abandonaron la legación diplomática, informó este lunes 9 de diciembre la Cancillería panameña.
«Luego de agradecer a Panamá su estadía como huéspedes» los militares venezolanos «comunicaron a nuestros funcionarios su decisión de retirarse de nuestra sede diplomática (…) ya ninguno de los mencionados ciudadanos venezolanos se encuentra en la sede diplomática de Panamá en Caracas, Venezuela», dijo la Cancillería en un comunicado oficial.
En la misiva, el Gobierno panameño indicó que «en el mes de julio, la Cancillería Panameña comunicó al país, que desde el día 30 de abril del 2019, se encontraban en la sede de la Embajada de Panamá en Caracas, Venezuela, en calidad de huéspedes, 16 militares venezolanos, que participaron en los eventos de esa fecha».
La información oficial difundida este lunes por la Cancillería panameña no da más detalles sobre a salida o el rumbo que tomaron los militares venezolanos.
«Desde un inicio se mantuvo como prioridad no solamente la integridad de nuestra sede diplomática en Caracas sino la de dichas personas y de nuestro personal», se limitó agregar la misiva oficial.
En julio pasado el canciller de Panamá, Alejandro Ferrer, reveló la presencia en la Embajada panameña de los 16 militares venezolanos en calidad de huéspedes, una situación que tildó de «delicada» debido a la reacción que tuvo el Gobierno de Venezuela, que se quejó de que el grupo ya hospedados en la legación diplomática, continuaba «en planificación y en actividades» contra Maduro.
Una misiva en la que denunciaba la situación, explicó entonces Ferrer, el Gobierno de Maduro «inclusive preguntan cuál fue el papel de funcionarios del gobierno de la República de Panamá en esos hechos» del 30 de abril.
«Estamos confiados en que ambas partes vamos a manejar (la situación) respetando las normas del derecho internacional» que entre otros, implican que «la embajada no sea utilizada para otro fin que no sea» el de una sede diplomática, añadió el canciller de Panamá.
Panamá es uno de los más de 50 países que reconocen al líder del Parlamento venezolano, el opositor Juan Guaidó, como mandatario interino de Venezuela, como él mismo se proclamó el pasado 23 de enero después de que Nicolás Maduro asumiera un segundo mandato presidencial consecutivo emanado de unas cuestionadas elecciones en las que no participó la oposición por falta de garantías.
El presidente panameño, Laurentino Cortizo, quien asumió el poder el 1 de julio, ha defendido el diálogo como la única vía de resolver la crisis venezolana.
En una entrevista con la cadena estadounidense CNN en Español que el pasado 8 de julio, Cortizo dijo que su Gobierno estaba abierto para ser la sede de un «diálogo serio, con fecha de cumpleaños» (con fecha definida de su final) entre las partes en conflicto en Venezuela, y que la solución del mismo pasa «por un gobierno provisional y fecha para unas elecciones democráticas».
La crisis venezolana, caracterizada desde hace años por escasez de productos básicos y medicinas, una hiperinflación histórica, destrucción del aparato productivo y una inseguridad que deja más de 20.000 muertos cada año según datos de ONG, entró en una etapa de agudización con la asunción del segundo mandato consecutivo de Maduro y la proclamación de Guaidó como gobernante interino.
Esta etapa incluyó el fallido levantamiento militar contra Maduro del pasado 30 de abril, así como la imposición de sanciones internacionales a altos funcionarios de su Gobierno por parte de Estados Unidos, que ha dicho que analiza todos los escenarios para apoyar la salida de la «tiranía» del país.
Millones de venezolanos han abandonado su país en los últimos años a raíz del conflicto interno, lo que ha sido calificado por la ONU como una de las más grandes crisis migratorias que ha vivido el continente en décadas.
Con información de EFE
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