Un verdadero e incómodo momento vivió este miércoles 5 de abril el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ante un grupo de embajadores extranjeros. El mandatario hizo una pausa en su discurso, esperando un aplauso, que nunca llegó.
Mikhail KLIMENTYEV / SPUTNIK / AFP
De acuerdo a lo reseñado por Infobae, Putin «preso de la paranoia —por el COVID-19 y el temor a posibles ataques—, se ubicó a 70 metros de distancia de los diplomáticos y, en una imagen que recordó a la interminable mesa que lo separaba del francés Emmanuel Macron antes de la invasión a Ucrania, evitó todo tipo de contacto.
En medio de su discurso hizo una pausa esperando signos de aprobación de sus interlocutores que nunca llegaron. El silencio premeditado buscaba un aplauso, que tampoco sucedió. El momento fue realmente incómodo para todos. Aunque muchos aprobaron y hasta celebraron la situación.
“Es un momento delicioso. Está claro que Putin esperaba un aplauso cortés, pero no lo recibió. Los embajadores —algunos regañados— esperaban al menos un apretón de manos, y no lo recibieron”, escribió en Twitter el economista sueco Anders Åslund.
“Ese incómodo momento en el que el fugitivo criminal de guerra termina su discurso para guardar silencio”, tuiteó por su parte Olga Lautman, periodista y miembro del Centro de Análisis de Políticas Europeas (CEPA).
Redacción Maduradas con información de Infobae
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