Para un régimen que se jacta de ser demócrata y libre, sus acciones desde hace más de una década, lo dejan en la calle. Un ejemplo de ello, es la persecución política a trabajadores públicos que no se identifican con la “robolución”, así lo deja expresado la periodista Ibis León para el diario Efecto Cocuyo.
Esta vez, fue Diosdado Cabello diputado y primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) que dejó salir el veneno, cuyas declaraciones se han tornado más agresivas a lo largo de los meses con funcionarios de organismos públicos que firmaron por el referendo revocatorio. En lo que va del mes de agosto ha pedido, al menos tres veces, la expulsión de “escuálidos”.
Crédito: Con el mazo dando
Sin embargo, el 18 de agosto, el discurso escalo niveles máximos cuando habló de una suerte de depuración ideológica en las alcaldías, gobernaciones y ministerios.
“Hay una violación a los derechos humanos que promueve la cacería de brujas y a la reedición de listas dentro de organismos públicos. Es una declaración política insana que abre las puertas al apartheid político”, opina el politólogo Ricardo Sucre.
Aunque Cabello ha señalado en algunas oportunidades que se trata de expulsar a las personas que ostentan cargos estratégicos y de confianza, en algunos puntos está precisión se pierde en el discurso y parece que la amenaza va dirigida a los trabajadores de los organismos.
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Con información de Efecto Cocuyo