La crisis económica, política y social son los principales motivos por los cuales los venezolanos deciden emigrar de su país de origen. Las islas de Aruba, Curazao, Bonaire y Trinidad y Tobago son algunos de los destinos que eligen los habitantes que se encuentran en regiones como Falcón, Sucre y Delta Amacuro.
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Para partir, sin embargo, los emigrantes deben pagar altas sumas de dinero por el pasaje y aceptar peligrosas condiciones de viaje. De acuerdo con lo reseñado por Banca y Negocios, los «organizadores» embarcan a los viajantes en lanchas rápidas y no los dotan de salvavidas, a pesar de los peligros que deben enfrentar en el camino debido a los fuertes oleajes.
Una viajera que prefirió no revelar su nombre por temor a represalias, relató que para partir desde Falcón debió comprar combustible a precio internacional a funcionarios del régimen oficialista.
«Las embarcaciones son adquiridas en dólares con el dinero que cancelan los pasajeros por la travesía. La que utilizaron para nuestro viaje costó 9,500 dólares y fue comprada en Tucacas», contó la mujer, quien pagó $1,500 dólares por el pasaje.
El coordinador del Comité Nacional de Víctimas de Desapariciones y Trata en las costas de Venezuela, Jhonny Romero, sostuvo que quienes organizan los viajes captan a las personas para «poder completar la cuota mínima, porque los organizadores pagan vacuna -extorsión- a funcionarios de los organismos de seguridad y a las bandas criminales que operan en las costas falconianas».
Asimismo, aseguró que «hay pasajeros exigentes, que no quieren andar por el monte, no quieren perder tiempo, se quejan de que no hay salvavidas, no hay seriedad y todo lo demás. Este tipo de gente es descartada por la organización y comúnmente los escogidos son familiares desesperados, personas que necesitan viajar y están dispuestas a soportar el trato que reciben. Todo esto es un proceso de descarte».
Redacción Maduradas con información de Banca y Negocios