Erick de Moura vivía en un apartamento del Champlain Towers South pero por pura casualidad no estaba la noche del derrumbe en él, ya que su novia le había insistido que se quedara a dormir en su casa, a menos de dos millas de distancia.
“Solo por Dios. Para mí esto es un milagro», dijo el hombre de 40 años a la agencia Reuters la noche del sábado.
“Es un momento muy triste. Muy confuso”, declaró. «Es muy difícil estar en contacto con mis emociones en este momento», añadió.
Erick había estado el miércoles cocinando en su apartamento un plato brasileño para una cena con amigos que hicieron luego en casa de su novia en Miami Beach.
Después de cenar, ver un partido de la Copa América y practicar un poco de deporte al aire libre, el hombre se mojó la ropa al tener que entrar al agua a coger una pelota, por lo que decidió irse a su casa a dormir para tener ropa seca que ponerse al día siguiente. Sin embargo, su novia le insistió en que se quedara y él finalmente aceptó.
Cuando se despertó la mañana siguiente, tenía una llamada perdida y un mensaje de una mujer que trabaja en el edificio preguntándole si estaba bien.
“Se me puso la piel de gallina. El corazón se me quería salir. Me vestí y corrí al edificio”, dijo a Reuters.
De Moura dijo haberle agradecido a su novia y bromeó con que ahora tendría que comprarle un anillo de compromiso.
«No he llorado todavía. Ella no para de llorar. Es por incredulidad. Es muy difícil entender lo que está sucediendo”, agregó el brasileño en entrevista con la agencia Reuters.
Información de Univisión.