Willy Hernández, de 33 años, es el séptimo recluso que muere en los calabozos del estado Falcón a causa de desnutrición durante los últimos seis meses. En ese tiempo perdió 50 kilogramos de su peso corporal.
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Foto: Lenin Danieri / Caraota Digital.
Según lo informado por el coordinador del Observatorio Penal falconiano, Salvador Guarecucco, el hombre no era de esa entidad; cuando entró a los calabozos ubicados en Coro pesaba 90 kilos, cuando salió muerto apenas llegaba a los 40.
Al parecer, Hernández trataba de comunicarse con sus parientes sin obtener respuesta: cuando no hay familiares, los presos comen lo que sea.
Un recluso identificado con el seudónimo de Juan, y quien conoció a Hernández, aseguró que el hambre lo consumió paulatinamente. Precisó que la víctima, desesperada, llegó a comerse las semillas de los mangos y mamones, así como las conchas de los cambures y otros desperdicios.
Redacción Maduradas con información de Caraota Digital.
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