Los maestros venezolanos se encuentran cada vez más abandonados, con un salario que nos les alcanza para alimentarse ni tres días. El mérito por su trabajo es no ganar un sueldo que supere al menos los cinco dólares mensuales, de acuerdo con la tasa oficial del Banco Central de Venezuela (BCV).
“Lo que estamos recibiendo no es suficiente para una nueva alimentación. Los docentes jubilados ya no le servimos al Estado, nos ven como una carga a los que hay que pagarles por no hacer nada”, denunció Areani Bruzual durante una entrevista ofrecida a El Diario, en la cual apuntó que lleva 30 años dedicada a la docencia en el país.
«El docente no es un extraterrestre, él también forma parte de la realidad que viven muchos venezolanos», agregó, y como muestra de ello, mostró su nevera: completamente pelada por la crisis, que en 20 años de chavismo no ha hecho más que empeorar.
La historia se repite con Fabiana Duarte, de 30 años de edad, quien dada la renuncia de algunos docentes por los bajos salarios, no solo ocupa el cargo de coordinadora, también lo alterna dando clases a varios grados de una escuela.
En su refrigerador no hay rastros de ninguna proteína. Guarda agua, algunos vegetales, un paquete de granos y otro de arroz. Eso es todo en la nevera de una docente con 10 años de experiencia.
Redacción Maduradas con información de El Diario
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