Al Gobierno parece que las únicas muertes que les importan son las de aquellos que se identifican como seguidores o afectos a su proyecto.
Este miércoles, mientras Neomar Lander agonizaba en Chacao, el presidente Nicolás Maduro protagonizaba otra de esas escenas de bailes con las que pretende aparentar normalidad en el país, o quizás, evadir la realidad.
Durante un acto de financiamiento a la juventud «productiva», Maduro bailaba rap mientras que en la avenida Francisco de Miranda, la represión causaba más de 196 heridos y un muerto.
No solo bailó él, sino que se encargó de poner música por doquier e invitaba también a la gente a su «bonche», en un país que definitivamente no tiene ni un solo motivo para celebrar.
Redacción Maduradas
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