Muchos de los colombianos desplazados de Venezuela por ordenes del presidente Nicolás Maduro, no llegan a los albergues que ha dispuesto el Gobierno de Juan Manuel Santos para ellos porque lograron traer sus pertenencias, y en estos refugios no están permitidas.
En el municipio de Villa del Rosario, al Norte de Santander, en plena frontera entre Colombia y Venezuela, han levantado techos de bolsas plásticas y pilares de palos de madera, allí duermen con lo poco que alcanzaron a sacar de sus casas mientras los militares venezolanos las marcaban para demolerlas.
“En los albergues uno no puede llevar sus pocas cosas. Yo no saqué mucho, pero estas personas que están por aquí pasaron viviendo allá años para comprar una cama, un equipo, una nevera”, dijo a El Tiempo la mototaxista Rosalba Jiménez.
Uno de sus vecinos, John Alexander Bacca, agregó que alcanzó a sacar una cama sencilla en la que ahora duerme junto a sus papás porque, en medio de los desórdenes del otro lado, ladrones se llevaron otras dos camas que había en su casa. También les robaron tres gallinas.
Vía El Venezolano.