Para los residentes de Guanajuato (México), la tétrica historia detrás de una casa ubicada en el número 903 de la calle Francisco Juárez de la localidad de Celaya ya no es una sorpresa, pero no deja de generar sobresaltos entre quienes pasan por la zona y, más aún, en quienes se atreven a ocuparla.
Según reseñó Crónica, la leyenda urbana relata que en la vivienda residía un matrimonio con sus dos hijos, uno de los cuales era una niña. Al parecer, la familia vivía como cualquier otra y no destacaba por mucho, hasta que un suceso los golpeó: la pequeña fue asesinada y su familia quedó destrozada.
De acuerdo con la cultura popular de la zona, las almas y espíritus de los niños, al no contar con pecados, descansan en paz desde el momento de su muerte, pero, cuando mueren de forma trágica, esa certeza se desvanece: sus almas quedarían merodeando en el espacio físico y atormentan a quien quiera habitarlo.
Tras el evento vivido, la familia decidió irse de la vivienda y ponerla a la venta. Desde entonces, las personas que han tratado de ocuparla dicen que las energías en la casa se perciben rápidamente, por lo que los pocos que han querido comprarla. Una vez un hombre se decidió a habitarla y la alquiló.
«Una niña me habla, sale por las puertas, me azotó las ventanas cada noche y me decía que me largara de aquí«, habría relatado el hombre al poco de haberse mudado.
Aparentemente, las demostraciones de la niña fueron subiendo de tono hasta que la situación se tornó insoportable y decidió abandonar la vivienda.
Después de eso, cafeterías, tiendas y hasta el Partido del Trabajo para su Comité Municipal han intentado ocuparla, pero no tuvieron éxito.
Redacción Maduradas con información de Crónica
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