“Me gustaría ser doctor para ayudar a la gente”, son la conmovedoras palabras de un niño venezolano, a quien la crisis lo ha obligado a dejar la escuela y salir a trabajar para sostener a los suyos.
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Cortesía
A sus 11 años de edad, Jesús tiene las responsabilidades de cualquier adulto. Mientras otros niños van a la escuela, este jovencito se levanta cada día a trabajar como colector en una unidad de transporte público en Caracas, reseñó el diario El Nacional en su portal web.
Gracias a su esfuerzo diario, ayuda a su madre con los gastos de la casa y a mantener a sus otros dos hermanos, uno de cinco años de edad y otro de un año.
Contó que su padre se fue a Perú cuando su mamá quedó embarazada de su hermana menor y desde entonces no sabe nada de él. Por esta razón, tomó la iniciativa de comenzar a trabajar y así aliviar un poco la precaria condición de su hogar.
“Mi mamá no quería que dejara la escuela, pero ya ni los zapatos del uniforme me quedaban y no tenemos plata para comprar otros. Tampoco podía comprarme los cuadernos, ni esas cosas que piden”, explicó.
Lo más heroico y triste de la historia, es que Jesús se sacrificó para que sus hermanos puedan asistir a la escuela.
“Mi mamá y yo le compramos algunas cosas para el preescolar, aunque casi todo nos lo regalaron. Si yo trabajo, Jonás puede llevar comida a la escuela”, agregó sobre su hermano de 5 años.
Redacción Maduradas con información de El Nacional
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