La fuerte crisis que enfrenta Venezuela ha hecho que miles de empresarios y comerciantes vean cómo sus negocios se van a la quiebra, en vista de no poder seguir costeando la mercancía y pagarles a los empleados. A esto se le suman las represalias del gobierno venezolano que los obliga a bajar los precios de productos que habrían comprado a un monto superior al que el Estado exige vender.
Pero no todos los comerciantes han tomado esta drástica decisión; algunos se han reinventado para mantenerse a flote en medio de la difícil situación del país, aunque eso implique aguantar atropellos.
Este es el caso de Mayren Moreno, una joven que a través de su cuenta en Twitter contó cómo, junto con su mamá, ha tenido que jugárselas para poder surtir y mantener el negocio familiar.
Relató que su vivienda está ubicada arriba del supermercado que con esfuerzo su madre sacó adelante. De hecho, mostró fotografías de cómo lucía el local en los tiempos en que no existía la presión del gobierno en contra de los comercios.
Anteriormente por supuesto que las cosas eran diferentes, no llego al punto… tardaré, es que tendrían que nacer en un automercado como yo para poder quizá entender lo desgarrador que es seguir viendo el mismo automercado pero ahora más vacío.
Básicamente nací en uno. En este. pic.twitter.com/WQwworsNXv
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
“La familia que creamos entre empleados y nosotros fue muy genial. Pudimos respaldar a más de 50 empleados años atrás. Hoy solo son 4”, tuiteó la joven, quien afirmó que había emigrado con sus hermanos, pero regresó para apoyar a su madre con el negocio.
Moreno compartió parte de su historia: no solo cómo comenzó la decadencia en el negocio, sino también cómo en tiempos mejores algunos de sus empleados lograron con sus salarios comprar viviendas.
Hoy en día afirma que cuenta con menos proveedores que les surtan mercancía y dice tener pocas ventas.
“El demonio rojo se encargó de devaluar hasta la esperanza, los anaqueles están llenos de tristeza y cada vez hay más inflación de miedo. Analogías raras”, expresó.
Para resurgir, decidió redecorar el negocio con nuevos estantes de madera en donde coloca las verduras. “Una nueva imagen para soñar que seguimos y que vamos a poder, que nadie nos tumba, aunque nos tumben”, agregó Mayren.
Para alivianar lo del MDF le plantee a mi mamá una decoración y nuevos estantes de madera para las verduras que en su mayor tiempo están vacíos. Una nueva imágen para soñar que seguimos y que vamos a poder, que nadie nos tumba, aunque nos tumben.
Les muestro un poco. pic.twitter.com/f7zgzF3cbr
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Sin embargo sus esfuerzos no son valorados por quienes entre gritos y humillaciones quieren adquirir los productos regulados que a veces le llegan al local.
“Hoy, al por fin finalizar la venta de la estúpida harina, una señora gritaba que claro, que volvíamos a abrir porque ya habíamos escondido la harina (…) Me ofendí, me altero rápido y soy muy impulsiva (más de lo que debería). La invité educada y desafiantemente a que entrara a mi casa, pero que eso sí, no le iba a dar café. La señora no entró y me hubiese gustado que lo hubiese hecho. Estaba dispuesta a dejarla subir”, confesó.
Al finalizar su relato, Mayren dejó un mensaje a quienes les ha tocado hacer las largas colas afuera de los supermercados o abastos, colas con las que ella no está de acuerdo.
“No somos los enemigos, no subimos precios porque nos da la gana, no somos millonarios y su mala fe, sus malos tratos destiñen la esperanza, dijo”.
“Es constante la idea de abandonar, sin embargo, creemos en que podemos continuar, que son malos tiempos y que hay que seguir trabajando (…) Lamento que tengan que estar horas bajo el sol, cómo me gustaría que fuese diferente, como antes”, comentó.
Pues, necesito desahogarme entonces les voy a contar algo.
Es abrumante ver cómo nos hicimos tanto daño. Habría que estar en varios lados de la historia, padecer quizá… para entenderlo mejor, digo yo, a modo aliento.
Acá tenemos un supermercado, eso es igual a muchas cosas. pic.twitter.com/FPz3PkkOIJ
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Mi casa queda en el piso de arriba y el automercado en el piso de abajo. Podrán entender que teóricamente crecí dentro de uno.
La familia que creamos entre empleados y nosotros fue muy genial. Pudimos respaldar a más de 50 empleados años atrás.
Hoy solo son 4.
Sigo.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
25 años ha dejado mi mamá en esto. Y quisiera explicarles con palabras lo que se siente ver sus ojos desesperados viendo los anaqueles vacíos, pero no puedo, ni me acercaría así me extendiera. En solo 6 meses dividimos el negocio a mitad con MDF. Ayer eliminamos otro estante.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Sin embargo hemos avanzado con el tiempo (cuando se pudo) Ahora nos vemos así. Por la lucha de años atrás, pero lo que pasa adentro es otra historia.
Tras el concreto no suenan los huesos. pic.twitter.com/1pevJUpxEa
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Los empleados anteriormente gozaban de beneficios dignos. Vestían bien, comían bien, algunos lograron su casa gracias a su trabajo acá. Otros no corrieron con la suerte y los que quedaron tienen más de una década con nosotros.
Es decir, me vieron literalmente crecer.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Menos proveedores, mercancía, menos consumidores, menos ventas, menos empleados y les juro que no es mala administración.
El demonio rojo se encargó de devaluar hasta la esperanza, los anaqueles están llenos de tristeza y cada vez hay más inflación de miedo. Analogías raras.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Pero seguiamos luchando. Estas son fotos de cuando señales nos empezaban a avisar que todo iba a ser diferente en unos años.
Pero seguiamos. Fotos tomada hace unos 6 años. pic.twitter.com/5NBYxCKHIh
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Hemos sido honrados y manejado esto de la mejor manera posible. Mis hermanos se fueron del país y yo regresé para apoyar a mi mamá en todo esto. No la voy a dejar sola con los ojitos tristes paseando los pasillos. He querido caminarlos con ella pese a la crisis.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Les prometo que no duermo y me quedo colgada por horas pensando qué hacer para mejorar las ventas. Cómo encontrar mercancía, cómo no devaluar lo que hacemos para seguir de pie. Me ha tocado aprender muchas cosas de las que no tenía idea y de esto si estoy agradecida.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Para alivianar lo del MDF le plantee a mi mamá una decoración y nuevos estantes de madera para las verduras que en su mayor tiempo están vacíos. Una nueva imágen para soñar que seguimos y que vamos a poder, que nadie nos tumba, aunque nos tumben.
Les muestro un poco. pic.twitter.com/f7zgzF3cbr
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Cuando me refería a ambas partes de la historia quería explicarles que cuando el hambre toca a las puertas del negocio en la llegada de productos regulados no hay tiempo para explicar todo esto.
Gritos, humillaciones, ofensas a mi mamá, golpes a la puerta…
Sigo.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Sindicatos, guardia nacional, policía, alcaldía.
Entran, dan órdenes en nuestro negocio. Nos dicen qué vender, cómo vender y cuánto vender. Desarmadas acatamos porque la verdad no conciliamos estar presas por un kilo de harina mientras ellos quizá vendan kilos de los otros.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Imagínense no podría yo salir gritando que lo que acaparamos acá adentro son sueños y ganas de echarle pichón honestamente. Me tomarían por loca.
Mil disculpas por hacer nuestra casa en el segundo piso (siendo sarcástica) la verdad es que nos íbamos a mudar, creíamos en esto. pic.twitter.com/2TLTzRiD3s
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
No guardamos mercancía arriba de nuestra casa, el día que se enteren que solo viven personas y ya se van a morir de un infarto.
Hoy, al por fin finalizar la venta de la estúpida harina una señora gritaba que claro, que volvíamos a abrir porque ya habíamos escondido la harina..
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Me ofendí, me altero rápido y soy muy impulsiva (más de lo que debería)
La invité educada y desafiantemente a que entrara a mi casa, pero que eso sí… no le iba a dar café. La señora no entró y me hubiese gustado que lo hubiese hecho. Estaba dispuesta a dejarla subir.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Esto es un desahogo y una petición a los que me leen y hacen alguna cola para que promuevan un mensaje siendo un granito de arena cargado de conciencia. Una voz de la razón.
No sé la historia de los que están en la cola pero acá les dejo la mía.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Porque es lo que nos queda, no podemos vender 25 años de trabajo y sueños a precio de marrana flaca. Esto no nació ayer.
Lamento que tengan que estar horas bajo sol, cómo me gustaría que fuese diferente, como antes.
De cuando éramos un país medianamente normal.
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Para despedirme quisiera dejarles una foto de mi modelo a seguir, a quien ví bajar mercancía de hombro, manejar camiones y enfrentar un aborto por esos justos esfuerzos. Tendría otra hermanita.
Mis ojitos favoritos, comiendo siempre apurada, gracias mamá por tanto. pic.twitter.com/vk0LnzfpNH
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Ah sí, pusimos navidad.
Besos a todos. pic.twitter.com/qjQA45zzFl
— Daiquiri de May (@MayrenMoreno) November 8, 2018
Redacción Maduradas
Lea También: ¡INCREÍBLE! La exagerada cantidad en dólares que necesitarás para cubrir la canasta básica en Venezuela