El reciente asesinato Jovenel Moïse, presidente de Haití, ha generado toda suerte de comentarios y lecturas a nivel internacional. Algunos sugieren que podría, de hecho, empeorar la ya compleja situación política y social que atraviesa la nación caribeña, considerada la más pobre de América Latina y el Caribe.
Uno de los que defiende esta postura es el periodista Alberto Rabilotta, quien detalló que no existen agrupaciones políticas que aglomeren todas las posturas políticas que existen en el país.
«La situación evidentemente se agravará (…). La situación no mejorará con el asesinato de Moïse y evidentemente se agravará. ¿Hay partidos políticos en Haití que puedan representar adecuadamente las diferentes opiniones políticas del país? No, lo dudo. (…) Es muy difícil diagnosticar una salida política«, sentenció el comunicador, según reseñó RT.
En torno a la presidencia del difunto presidente haitiano, hay toda una suerte de polémicas, incluidas acusaciones sobre su pretensión de perpetuarse en el poder, pese a que la Constitución de Haití prohíbe varias de las reformas que pretendía ejecutar, como el cambio de la Carta Magna.
Además, el repunte de la violencia, la falta de recursos para los ciudadanos del país, la pobreza que padece más de la mitad de la población, el aumento de la corrupción y la falta de legitimidad del gobierno del mandatario podrían ser un caldo de cultivo en el que la muerte de Moïse solo ayudaría a avivar el desastre.
Así mismo Rabilotta destaca que es clave la situación interna en el país, sobre todo por la pobreza imperante. Según el Banco Mundial, con una población total de 11,26 millones, el 60 % de la población haitiana, o 6,3 millones de personas, sigue siendo pobre y un 24 %, o 2,5 millones, se encuentra en situación de pobreza extrema. Así lo refirió RT.
Redacción Maduradas con información de RT
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