El Instituto Casla, organización dedicada al estudio de América Latina y la observación de los derechos humanos en la región, difundió el pasado mes de marzo un informe en el que denunció tratos crueles, torturas y violaciones a los derechos humanos en al menos 55 personas detenidas en Venezuela.
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BBC News
El Instituto Casla reseñó en su informe 18 nuevas incidencias de ciudadanos que presuntamente fueron víctimas de arrestos arbitrarios, desapariciones forzadas temporales, violencia sexual y torturas “en el marco de la represión sistemática que el Estado venezolano lleva a cabo contra la población civil y contra oficiales de la fuerza armada que se han manifestado de alguna manera en contra de la opresión”.
La directora ejecutiva de esa organización, Tamara Suju y el expresidente español Felipe González, presentaron este miércoles 18 de mayo el documento en España. Afirmaron que el régimen de Nicolás Maduro continúa cometiendo delitos de lesa humanidad.
Las edades de las víctimas oscilan entre los 13 y 70 años de edad. Fueron sometidos a torturas físicas y psicológicas para inducir sus confesiones.
Runrun destacó los nuevos métodos de torturas que cita el informe:
- Azotes con una cabilla (barra de metal) en las piernas, pies, zona lumbar y costillas, azotes con cables de electricidad en todas partes del cuerpo, en especial en los pies y en las costillas.
- Sujetar a la víctima con una cuerda, cable o soga, atándolo de pies y manos, y en algunos casos del cuello a un punto fijo, como una columna, de tal manera que si la víctima trata de sentarse o agacharse se puede asfixiar.
- Sumergir a la víctima desnuda en un pozo helado por tiempo prolongado hasta causarles síntomas de congelamiento.
- Introducir una cuchara en la nariz y en las orejas que les causan lesiones sangrantes
- Uso de sustancias irritantes aplicada a la piel, incluyendo en heridas abiertas y sangrantes, que causa quemaduras y descamación de la piel.
- Inyecciones de sustancias desconocidas que provoca alucinaciones, alteración del ritmo cardíaco, descritas por exfuncionarios como sustancias que alteran el sistema nervioso que hacen que las víctimas comiencen a sudar, a decir cosas sin sentido, o repetir palabras que los victimarios los inducen a decir.
- Juegos de guerra y simulacros de fusilamiento: víctimas sometidas a lo que han descrito como juegos de guerra, para el goce y disfrute de quienes las ejecutan.
- Arrastrarlos atados de pies y manos como rehenes encapuchados y desnudos, mientras permanecen esposados y encapuchados, para simular una ejecución; jugar a la ruleta rusa con ellos mientras los demás funcionarios observan sonrientes.
Redacción Maduradas con información de Runrun.
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