Este jueves 24 de agosto, Japón inició la descarga al océano del agua residual acumulada en la accidentada central nuclear de Fukushima. La iniciativa ha sido defendida por autoridades de Tokio y la agencia reguladora de la ONU, pero duramente criticada desde China.

Reuters
De acuerdo con la agencia AFP, la descarga, de alrededor de 540 piscinas olímpicas de agua, durante décadas, en el Pacífico, es un considerado un paso esencial en el desmantelamiento de la central de uno de los peores accidentes nucleares de la historia, a 12 años de estos eventos.
Se pudo saber que el Organismo Internacional de la Energía Atómica de la ONU (OIEA), que dio el visto bueno al plan, es el encargado de supervisar el proceso para asegurarse de que este se adecua a las normas internacionales de seguridad.
Sin embargo, pese a los esfuerzos, hay algunas personas que no están de acuerdo con la medida, ya que consideran que es equivalente a arrojar una bomba atómica al océano.
«Japón es el primer país que fue atacado con una bomba atómica en el mundo y el primer ministro tomó esta decisión«, lamentó Kenichi Sato, de 68 años.
Del mismo modo, el Ministerio de Medioambiente chino también criticó el vertido y lo señaló de ser «extremadamente egoísta e irresponsable». Por ello, prometieron que iban a mantener una supervisión del impacto del mismo en sus aguas. Beijing también decidió suspender todas sus importaciones de productos del mar procedentes de Japón.
Por su parte, en Corea del Sur, otro vecino de Japón, el vertido ha provocado protestas y preocupación entre la ciudadanía. Sin embargo, el gobierno de este país respaldó el plan de Tokio, con quien estrecha lazos tras décadas de distanciamiento.
Redacción Maduradas con información de AFP
Lea también: