La actriz Jannette McCurdy, conocida por su rol como Sam Puckett en la serie de Nickelodeon «iCarly», publicó su libro autobiográfico «I’m Glad My Mom Died (Me alegra que mi madre haya muerto)», donde revela los abusos a los que fue sometida durante su infancia y adolescencia.
En el libro, McCurdy revisiona su pasado como estrella infantil, exponiendo episodios de su vida personal y profesional como la violencia y el abuso sexual por parte de su madre y en el set cuando soñaba con triunfar en la actuación, aunque ahora es un mundo al que no desea regresar, por este motivo rechazó integrar el revival de iCarly.
Después de varios años McCurdy decidió pronunciarse por los traumas que aún padece tras trabajar con «El Creador», Dan Schneider, el showrunner de iCarly, Sam & Cat, y Zoey 101, series de las que ella formó parte.
McCurdy se reunió con un productor importante para contarle cómo fue abusada y acosada por «El Creador», pero no recibió la respuesta que esperaba: «Te están ofreciendo 300 mil dólares… Piénsalo como un regalo de agradecimiento. Te están dando 300 mil dólares y lo único que quieren que hagas es que nunca hables públicamente de tu experiencia en Nickelodeon, específicamente lo que esté relacionado con ‘El Creador’”.
La joven rechazó la oferta, pero aseguró que los ejecutivos siguieron presionándola para que recibiera dinero gratis, pero ella les respondió: «No, no es dinero gratis lo que me están ofreciendo. Esto no es eso. Esto es dinero para callar».
Sobre esto, agregó: «¿Qué? ¿Nickelodeon me ofrece 300 mil dólares para que no hable públicamente de mi experiencia en el programa? ¿Mi experiencia personal del abuso de ‘El Creador’? Esta es una cadena con programas hechos para chicos ¿No deberían tener algún tipo de brújula moral?».
La joven comenzó a actuar en «iCarly» cuando tenía 16 años, y asegura que desde el inicio experimentó situaciones incómodas, por ejemplo, le tomaban fotos mientras hacía pruebas de vestuario en bikini en su probador, la forzaban a tomar alcohol por pedido de El Creador y cuando buscó apoyo de su madre, Debra, esta le dijo que ese era el precio que debía pagar para ser famosa.
«Sentía que se estaban tomando decisiones por mí y que yo era la última en saberlas. Eso enoja mucho, sentí ira por mucho tiempo», manifestó la actriz en una entrevista.
«Durante toda mi juventud me sentí muy explotada. Todavía reacciono de manera nerviosa cuando lo digo. Hubo casos en los que las personas tenían buenas intenciones y otros en los que sabían exactamente lo que estaban haciendo conmigo», indicó.
Además, la actriz señaló que en su casa, su madre abusaba sexualmente y ejercía actos de violencia contra ella.
Cuando la madre se percató de que su hija tenía talento para la actuación comenzó a llevarla a diversos casting, en ese momento ella solo tenía seis años.
La madre consiguió que McCurdy consiguiera roles en series como Medium, Over There, Strong Medicine y The Inside, logrando que fuera ella quien mantuviera el hogar que integraban la madre, el padre (quien a sus 20 años se enteró que no era su padre biológico) y sus hermanos.
Al cumplir 11 años su madre comenzó a contar sus calorías, a teñir su cabello y a blanquear su dentadura, terminó siendo diagnosticada con anorexia a los 12 años, pero esto no detuvo a la madre quien posteriormente la obligó a tomar medicamentos que retrasaron su desarrollo hormonal para hacerla lucir más joven con la intención de que obtuviera papeles en series infantiles.
A esto se sumó lo que McCurdy describió como abuso sexual, pues su madre le practicaba controles vaginales y mamarios sin su consentimiento y no le permitía bañarse sin estar ella presente, abusos que se mantuvieron hasta que cumplió los 17 años.
En el año 2013, la madre de la actriz murió a causa de un cáncer y eso significó la liberación de la joven.
«La relación con mi madre se convirtió en el pulso de mi vida. Tanto mis hermanos como yo crecimos moviéndonos en un campo minado, nunca sabíamos si mamá iba a estar bien o actuar como una loca, era muy volátil», declaró McCurdy.
La publicación de su libro autobiográfico se convirtió en una sensación de paz para la actriz, reconoció.
«Ahora tengo gente alrededor que me apoya, que me cuida, que me quiere, eso me hace llorar de la emoción, me siento segura, tengo confianza en los demás y puedo abrirme sobre mis cosas”, destacó.
Redacción Maduradas con información de La Nación.
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