En Summertown, ciudad de Tennessee, en Estados Unidos, se encuentra el pasaje del terror McKamey Manor, dónde los usuarios pagan Miles de dólares para tener una experiencia aterradora casi insoportable.
En este lugar las personas son atadas, abofeteadas e incluso obligadas a comerse su propio vómito, sus pisos tienen rastros de sangre al igual que sus paredes y quiénes entran tienen pocas probabilidades de salir.
El director de este lugar es Russ McKamey, quien aporta las ideas más macabras, espeluznantes y terribles para lograr el objetivo de angustiar a quienes se atreven en entrar hasta el punto de gritar pidiendo que finalice la aterradora experiencia.
Las personas son amordazadas, se les tiene de sangre falsa, además ambientan el lugar con seres vivos como enormes arañas o serpientes, y la experiencia dura hasta ocho horas, aunque hasta el momento nadie ha logrado soportar tanto tiempo.
El récord lo tiene Sarah P, una mujer que logró estar dentro de la casa del terror durante seis horas en 2014.
Sin embargo, hay una larga lista de espera de personas que quieren participar, aunque se les ofrece 20,000 euros por participar, deben someterse a un chequeo de antecedentes médicos para asegurarse de que no padezcan ninguna afección médica grave, así como firmar una acreditación de responsabilidades.
En este lugar pueden resultar golpeados, enterrados vivos, ahogados, bañados con fluidos extraños, secuestrados, por lo que pueden sufrir problemas de salud como ocurrió en 2008 cuando un participante sufrió un ataque cardíaco.
Redacción Maduradas con información de La Razón.
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