La rara desaparición de un venezolano en Texas (Estados Unidos) fue aprovechada por extorsionadores para intentar quitarle dinero a su familia, así lo denunció Ana Zambrano, esposa del migrante.
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De acuerdo a lo reseñado en el portal web de Univisión, Darwin Rincón salió con sus compañeros de trabajo a un bar en Lewisville. Se levantó de la mesa y no lo vieron más.
Su esposa desde Venezuela reportó la desaparición, pero un presunto grupo criminal en México les pidió 5.000 dólares por el rescate, ya que aseguraron que se trataba de un supuesto secuestro. Cuatro días después, el inmigrante apareció.
Pero antes, una persona, con la cara cubierta, afirmaba que tenía al venezolano secuestrado. Sin embargo, fue ignorado por la familia. Este martes, uno de los amigos de Darwin Rincón le envió a Ana Zambrano una fotografía del padre, sonriente, sano y salvo.
¿QUÉ LE OCURRIÓ?
Según el relato obtenido por el medio, se empezó a sentir mal, aunque aseguró que no estaba muy tomado. A eso de las 6:00 de la tarde se levantó de la mesa. Sin dar más detalles y olvidando su celular sobre la mesa, subió a su auto para ir a un hospital.
Después, estaba en un centro médico en Carrollton y el día siguiente despertó en una cárcel. Su esposa explicó que todo se debió a un presunto error ortográfico.
Al momento de la detención, aseguró, que lo registraron escribiendo mal su apellido y por ese se tardaron tanto tiempo en ubicarlo.
EL SOSPECHOSO
Univisión 23 tomó el sospechoso número de teléfono de la persona o personas que intentaron extorsionar a la venezolana y envió un mensaje a través de WhatsApp.
Enseguida apareció una fotografía de perfil. Parece un hombre, lleva una máscara negra, un chaleco antibalas y un arma de fuego de alto calibre.
Al escribirle “buenas tardes”, llaman. Al responder, la llamada se corta y escriben “comenta, échale”. El medio se identificó como periodistas y pidió información sobre un rescate que estaban pidiendo, sin decir de quién se trataba.
Preguntaron si iban a pagar “o qué rollo”. Agregan que “hasta ahorita no han pagado, por lo cual se les deja el pendiente”. Se les responde que la persona apareció y está en su casa. Entonces, se preguntó ¿qué están cobrando ellos?
“A usted esa cosa no le interesa, usted a lo suyo y túmbese el rollo”, concluyeron y no escribieron más.
Redacción Maduradas con información de Univisión
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