El lamentable fallecimiento del niño Oliver Sánchez sigue sensibilizando a la opinión pública. El terrible hecho que el pequeño de 8 años muriera por no seguir su tratamiento médico en Venezuela parte el alma de cualquiera.
Laureano Márquez, humorista, se pronunció tras conocerse la muerte de Oliver y compartió, a través de su cuenta en Instagram, una dura reflexión.
Fotomontaje Maduradas / Créditos: AP.
«El fallecimiento de este niño nos confronta como sociedad. Más allá de las responsabilidades de quién debería velar por la salud del pueblo, nos confronta con la esencia del ser venezolano. Toca este caso la fibra de los hijos infinitos que son todos los niños. Una criatura de 8 años, aún con el sabor de la leche de su madre en los labios, como diría también Andrés Eloy, no puede morir de mengua, ni en Haití, ni en Suecia, ni en el país con las reservas de petróleo más grandes de la tierra».
Añadió que «cuando una persona mayor muere, es lógicamente un hecho doloroso para sus deudos, pero se trata de una vida vivida, hecha, de un ciclo que se cumple. La muerte de un niño es una tragedia terrible. Es un capítulo que se cierra sin haberse escrito. Un alma que se nos va sin haber florecido».
Se preguntó quién habría sido Oliver, «un presidente bueno, un compositor brillante, un actor de cine, el primer Papa venezolano. Nunca lo sabremos»; al tiempo dijo: «Los Ángeles de Dios te reciban, pequeño».
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«Venezuela se está convirtiendo en un campo de concentración y como señaló Primo Levi: cuando uno se comienza a acostumbrar al horror, cuando la injusticia se te hace cotidiana, algo terrible nos está sucediendo en nuestra condición de humanos», finalizó Márquez.
Ayer se pudo conocer, a través del Twitter, del fallecimiento de Oliver Sánchez, quien en febrero protagonizó una protesta en Caracas donde le pedía, al Gobierno de Nicolás Maduro, medicinas oncológicas para poder curarse de un linfoma no Hodgkin.
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